lunes, 9 de marzo de 2015

Salto a las estrellas

Sid Meier's Civilization: Beyond Earth


Historia

Tras un buen número de títulos ambientados en el pasado, Firaxis Games ha retomado la inspiración futurista con Beyond Earth (2014). La última entrega de la saga Civilization recupera la exploración espacial exhibida en el clásico Sid Meier's Alpha Centauri (1999). El escenario que plantea, de hecho, es muy similar al de éste.

En un futuro no muy lejano, una catástrofe conocida como "el Gran Error" obliga a la humanidad a comenzar la colonización de otro planeta. Ocho facciones (Franco-Iberia, la Federación Eslava, la Unión Africana o la Cooperativa Panasiática son algunas de ellas) envían sus propias tripulaciones para establecerse en el nuevo mundo. Las tensiones y enfrentamientos, vicios del viejo mundo, serán inevitables en el nuevo.

El mapa está dividido en casillas hexagonales.

Una espectacular introducción explica el origen de la expedición.


Jugabilidad

Estamos ante un juego de estrategia por turnos en el que los mapas están divididos en casillas hexagonales. Beyond Earth no tiene realmente muchas novedades conceptuales respecto a Civilization V, sino que sus bases están implementadas perfectamente en la estética futurista.

Al principio de cada partida deberemos seleccionar una serie de bonificaciones iniciales, además de darle instrucciones al motor que genera los mapas. Una vez fundada nuestra capital, arranca nuestra competición con el resto de facciones por potenciar el desarrollo tecnológico y militar y gestionar nuestros recursos. La libertad en las configuraciones nos garantiza partidas muy diversas.

Habrá que escoger entre diversas ventajas antes de comenzar.


Los menús e interfaces son claros y prácticos. El juego no tiene un tutorial como tal, sino que cuenta con un consejero que te va guiando mientras juegas. El grado de asesoramiento se puede regular. La civilopedia, un extenso manual que nos cuenta hasta el mínimo detalle de cada civilización, criatura y mejora, es un recurso muy útil.

Hay cinco formas de ganar el juego en las partidas estándar: la conquista de las otras facciones y una serie de complejos adelantos tecnológicos. Para evitar distracciones, contamos con la posibilidad de ver en cualquier momento cómo de cerca están los rivales de alcanzar el triunfo. Al margen de estas condiciones de victoria, Beyond Earth alberga una serie de misiones y objetivos de cumplimiento voluntario que otorgan sustanciosas recompensas.

Cumplir las misiones no es obligatorio, pero sí recomendable.


Las partidas poseen un desarrollo progresivo, en tanto que las opciones se multiplican conforme avanzan los turnos y nuestro grado de investigación. El carácter novelado de los acontecimientos es todo un acierto, y las sorpresas que depara la primera partida son muy gratificantes. Si la relación con el resto de facciones humanas (diplomacia, rutas comerciales, espionaje...) es importante, no lo es menos nuestro trato a las especies alienígenas. Si somos inflexibles con ellas, nos devolverán la hostilidad.

Cada hexágono del mapa cuenta con una serie de recursos, útiles para potenciar nuestros niveles de alimentos, producción, cultura, tecnología y salud. En nuestra expansión deberemos tener en cuenta la importancia de las materias primas especiales (como el petróleo o el titanio), necesarias para fabricar las unidades y edificios más potentes. Lógicamente está presente un novedoso catálogo de maravillas, construcciones únicas que proporcionan ventajas a quien las edifique antes.

El árbol tecnológico es colosal.


El abanico de unidades recorre los tipos clásicos (infantería, a distancia, artillería, vehículos, naval y aéreo) más una nueva categoría, las unidades orbitales. Se trata de satélites que proporcionan bonificaciones concretas a las casillas que se hallen dentro de su área de influencia. Algunos ejemplos son mejorar la producción de alimentos, despejar una sustancia tóxica llamada miasma y mejorar la defensa de nuestras tropas. Las unidades van acumulando experiencia y modernizándose según nuestro desarrollo tecnológico. Los extraterrestres, que emergen de sus propios nidos, cuentan con sus propias tipologías.

Un aspecto que marca el devenir de las partidas son las afinidades, elemento novedoso en la saga. Se trata de tres filosofías (armonía, pureza y supremacía) que iremos adoptando en función de nuestras decisiones y nuestra escalada por el árbol tecnológico. Las afinidades nos conceden ciertas mejoras de unidades y nos granjean la simpatía o antipatía del resto de facciones.

Las afinidades y nuestra fuerza determinarán el trato de los demás hacia nosotros.


Con seis grados de dificultad y cuatro de velocidad, está claro que Beyond Earth intenta que cada partida sea singular. El juego es tremendamente adictivo, y con la excusa del "sólo un turno más" corremos el riesgo de tirarnos horas y horas delante de la pantalla. La amplitud de posibilidades impide desarrollarlas todas en una única partida, lo que invita a plantear múltiples estrategias.

Eso sí, sólo hay una forma de jugar y después de tres partidas ya te sabes todos los 'trucos'. La IA es bastante pasiva y un tanto absurda en las negociaciones diplomáticas. Eso y pequeños detalles restan enteros a un título que se preveía potente y rompedor. Que se te seleccione automáticamente cada unidad para que le des órdenes estaría bien si el juego no se fuera constantemente a la otra punta del mapa teniendo otras unidades al lado todavía con puntos de acción.

Las unidades evolucionarán de acuerdo a la afinidad que potenciemos.


El tradicional modo multijugador permite organizar partidas de hasta ocho jugadores ya sea por internet o en un mismo ordenador, gracias al sistema de turnos. Esta modalidad funciona exactamente igual que el modo para un jugador, con la evidente salvedad de ahorrarnos los fallos de la IA.


Cuestiones técnicas

Pocos son los videojuegos de estrategia con unos gráficos despampanantes. Beyond Earth no es una de las excepciones, aunque hay que reconocer la espectacularidad de la cinemática inicial y la vistosidad del conjunto.

Firaxis recurre al mismo motor de Civilization V revistiéndolo con una estética de ciencia ficción acorde a la naturaleza del título. Los modelados y las animaciones son meramente correctas, pero efectivas. Nada desentona en el apartado visual. El audio lo conforman unos efectos sonoros apropiados y una banda sonora épica y sobrecogedora que termina haciéndose repetitiva.

El zoom nos permite apreciar los detalles.


La versión española del juego nos trae una agradable sorpresa. Y es que el doblaje al castellano es algo digno de elogio, tanto en textos como en voces, algo que es de agradecer dada la complejidad de las consecuencias de nuestras acciones.


Conclusión

Beyond Earth es, adictivo, bastante completo y está muy bien ambientado. La propuesta de Firaxis de reorientar Civilization de cara al futuro resulta acertada y estimulante. Este título, no obstante, está lejos de ser una revolución de la saga. Más bien se trata de un cambio de escenario con pequeños añadidos. Una IA un tanto limitada y la pérdida de magia a las pocas partidas despuntan como sus principales flaquezas. A modo de balance final, estamos ante un buen videojuego con margen de mejora.


Puntuación: 7

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