viernes, 27 de marzo de 2015

Disney recupera el tono

Frozen. El reino del hielo


Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que las películas de animación de Disney eran meras secuelas de sus cintas más gloriosas. Secuelas no sólo en el sentido anglosajón, sino también en el castellano. Pero desde hace algunos años la compañía ha retomado el buen rumbo, y muestra de ello es la reciente Frozen (2013).

La película que dirigen Chris Buck (Tarzán) y Jennifer Lee nos habla de dos peculiares hermanas que viven en la corte de Arandelle: la impulsiva Anna y la antropofóbica Elsa, que posee el indómito poder de congelar todo lo que toca. Algo terrible sucede cuando Elsa debe comparecer ante su pueblo para asumir el trono.

Anna y sus peculiares nuevos amigos.


Frozen. El reino del hielo recupera el estilo clásico de los filmes de Disney al incorporar a su trama un distintivo punto oscuro o malévolo, en este caso el odio a las personas diferentes. No en vano estamos ante una libre adaptación de La reina de las nieves, uno de los cuentos más populares de Hans Christian Andersen (La sirenita, El patito feo).

Los conflictos de Elsa, una mutante al más puro estilo X-Men, comparten importancia en pantalla con las peripecias de Anna, acompañada de un bonachón vendedor de hielo y su reno. A ellos se une un simpático muñeco de nieve que lleva la mayor parte del peso cómico del filme. Frozen presenta el sorprendente detalle de prescindir de un villano como tal.

Elsa, la princesa de esta historia.


La película alterna entre fantasía, comedia, drama y el musical con mucha soltura. Todos estas piezas están bien integradas y conforman un producto vistoso. Algunas lagunas y un desafortunado giro de guión, no obstante, son patinazos demasiado obvios. Tampoco habría estado de más que los personajes fuesen un poco más profundos, aunque ésta es una exigencia secundaria dada la naturaleza de la cinta.

El trabajo en la animación es muy sólido. Nos trae caras redondas de ojos grandes y muy expresivas, además de hermosas estampas nevadas (y congeladas). Los detalles, como los reflejos del hielo, son efectivos.

El apartado sonoro alterna una banda sonora orquestral discreta con canciones potentes y muy pegadizas. Algunos de los mejores momentos de Frozen tienen lugar mientras sus personajes cantan, como esa elipsis temporal que sobrevuela por la infancia de las dos hermanas o la explosiva secuencia en la que Elsa da rienda suelta a sus poderes. Es recomendable el visionado con las voces de la versión original, dado que el doblaje al castellano no está tan logrado como en otras ocasiones.



No es La Sirenita, La Bella y la Bestia o El Rey León, pero Frozen. El reino del hielo es lo más parecido a tan insigne estirpe que Disney ha ofrecido en muchos años. Su fantasía, romance y risas satisfarán tanto a pequeños como a adultos. Si Walt Disney despertara ahora de su criogenización le daría el visto bueno.


Puntuación: 6,5


T.O.: Frozen / EE.UU. / 2013 / Dirección: Chris Buck, Jennifer Lee / Elenco: Animación / Género: Fantasía / Duración: 98 minutos

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