La peregrinación ha sido un fenómeno en nuestra historia desde hace miles de años. Los famosos oráculos, los lugares declarados santos, los remotos templos que albergan reliquias... Todas las religiones han contado con estos centros de peregrinaje, y el consumismo no podía ser menos. No hace mucho inauguraron un centro de IKEA en mi tierra, un acontecimiento tratado con la misma importancia que una nueva visita de Jesucristo a la Tierra.
Fiel a mi interés en la antropología (el estudio de los antros), inicié una expedición a esta nueva Meca que en su primer mes ha atraído a más de medio millón de seres humanos. Me subí al autobús patrocinado ("¡el bus que te lleva a IKEA!"), que salió de la ciudad para adentrarse en un entramado de polígonos industriales y comerciales. Y en el horizonte, en medio de la nada se alzaba una mole patriótica de proporciones bíblicas cuya fachada recogía los colores de la bandera sueca.
Fiel a mi interés en la antropología (el estudio de los antros), inicié una expedición a esta nueva Meca que en su primer mes ha atraído a más de medio millón de seres humanos. Me subí al autobús patrocinado ("¡el bus que te lleva a IKEA!"), que salió de la ciudad para adentrarse en un entramado de polígonos industriales y comerciales. Y en el horizonte, en medio de la nada se alzaba una mole patriótica de proporciones bíblicas cuya fachada recogía los colores de la bandera sueca.
¡Ahí está! |