Concluidas todas las pruebas del año, llega la hora de valorar a sus protagonistas.
10 La hegemonía de Mercedes. Tanto el motor como la escudería han mostrado una superioridad apabullante sobre sus competidores. Solventaron en gran medida sus problemas de fiabilidad, y el equipo de la estrella supo gestionar la lucha de sus pilotos.
9 Hamilton, el dominador. El británico reeditó el título con un soberbia temporada repleta de triunfos. Cometió algunos fallos y la fiabilidad le jugó malas pasadas, pero sin duda ha sido el conductor que más espectáculo ha dado con sus remontadas.
8 Ricciardo, la alternativa. Gran adaptación al equipo del joven australiano. Muy constante a lo largo de la temporada, fue el único capaz de ganar al margen de los Mercedes. Todavía falta verlo bajo presión, pero se le ven buenas maneras. Eclipsó a un tetracampeón del mundo.
7 El retorno de Williams. La mítica escudería inglesa recuperó las viejas glorias con un monoplaza notable. Los nueve podios de sus pilotos dan fe del buen rendimiento. Varios errores con la estrategia les lastraron en los momentos clave.
6 Rosberg, regular pero no matador. El alemán encabezó al clasificación durante la mayor parte del calendario. Apenas se bajó del podio, pero no apretó todo lo que pudo y al final le pasó factura. El año que viene debería ser menos conservador.
5 Despedida agridulce de Vettel. El ya ex campeón cierra su etapa en Red Bull tras un año gris en el que rara vez brilló por encima de Ricciardo. Apuesta por Ferrari cuando pocos lo hacen. Veremos.
4 Los pilotos de pago. Maldonado, Chilton, Ericsson... Ciertos pilotos que están en la élite del motor simple y llanamente por el dinero que aportan sus patrocinadores. Su rendimiento en la pista deja mucho que desear y quedan retratados en cada Gran Premio.
3 La pesadilla de Räikkönen. Bochorno absoluto para un campeón del mundo que no supo acoplar su estilo de conducción al ya de por sí mediocre F14-T. Mucho debe mejorar la temporada próxima, en la que como mínimo debe sentirse a gusto con el coche.
2 La FIA, de mal en peor. Realmente es difícil gestionar peor una competición. Las reglas cambian de un año para otro y no sólo en lo técnico (el sistema de doble puntuación no volverá a ser utilizado). Se eligen horarios arriesgadas en climas extremos, y el reparto de ingresos deja desamparadas a las escuderías pequeñas.
1 Debacle de Lotus y Sauber. Acuciados por los problemas económicos, estos equipos fabricaron unos coches infames con nula fiabilidad. Demasiados roscos en el marcador. Sauber terminó por detrás incluso de Marussia.
0 Ferrari, un caballo con la pata rota. La escudería más laureada de este deporte ha fallado en absolutamente todos los apartados: el monoplaza era un fiasco que no destacaba en ningún trazado, los fallos de estrategia y de los mecánicos fueron tónica habitual, la relación entre Mattiacci y Alonso es una bomba de relojería... Los podios han llegado con cuentagotas, y los triunfos ni en sueños.
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