Kon-Tiki
El explorador y biólogo noruego Thor Heyerdahl fue uno de los nombres destacados del pasado siglo XX. Gran conocedor de las culturas polinesias, estaba convencido de que estas islas y archipiélagos habían sido colonizadas desde Sudamérica y no desde Asia, como sugería la comunidad científica. Tachaban la teoría de Heyerdahl como un disparate, ya que veían imposible un trayecto de tal magnitud (8.000 kilómetros) con la tecnología de la época precolombina.
Como respuesta, el explorador noruego y una tripulación de cinco hombres decidieron realizar este mismo recorrido partiendo desde Lima. Con una balsa construida con materiales autóctonos y siguiendo las instrucciones de las balsas anteriores a la llegada de Colón a América, se adentraron en un Océano que de Pacífico sólo tiene el nombre. Esta expedición, realizada en 1947 y de fama mundial, es el eje del filme Kon-Tiki (2012). Joachim Rønning y Espen Sandberg, quienes ya tienen cierta experiencia en Hollywood (incluso dirigirán la quinta entrega de Piratas del Caribe dentro de unos años), son los directores de esta cinta que aspiró al Oscar a la Mejor Película Extranjera por parte de Noruega.
La legendaria embarcación en medio del océano. |
Kon-Tiki ofrece un paisaje visual magnífico, y logra transmitir sensaciones tan llamativas como la claustrofobia de estar asilado en una crujiente balsa en medio del océano o la angustia de ver cómo ésta se va desintegrando. Golpes de efecto como las tormentas o los tiburones están impecablemente plasmados, y sus dos horas de duración no se hacen en absoluto largas. La historia es tan verdaderamente épica que la aventura y el suspense están garantizados de partida. Como apunte, las imágenes que grabaron los tripulantes de la Kon-Tiki con una pequeña cámara de mano les servirían para producir un documental que se llevaría el Oscar de dicha categoría.
Sin embargo, es en el plano psicológico donde encontramos los puntos flacos. Los personajes son excesivamente planos, y sin duda la inclusión de conversaciones más intensas habrían incrementado el suspense de la película. Resulta elocuente que lo interesante de esta representación de la epopeya de Heyerdahl sean sobre todo los fenómenos naturales, y no las propias personas que participaron en la hazaña. Personalmente no conozco cómo eran los miembros de su expedición, pero me cuesta creer que fueran tan sosos en situaciones tan críticas.
Por otra parte, sorprende que no se haya señalado con un rótulo final el hecho histórico más irónico posible: que la teoría del biólogo escandinavo se ha demostrado errónea. Pruebas genéticas y físicas dan testimonio de ello, lo que convierte la empresa de Heyerdahl y compañía en aún más impresionante si cabe. Cualquier espectador vago podría llevarse una idea equivocada de no indagar en la cuestión.
En definitiva, Kon-Tiki es una película de aventuras clásica en la que la espectacularidad visual y técnica compensa las carencias del guión. Entretiene e invita a conocer las investigaciones de una figura científica muy relevante. Sabiendo que está realizada por noruegos, ¿para cuándo una cinta sobre Roald Amundsen?
Puntuación: 7
Puntuación: 7
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