Passengers
Pocas escenas son tan desasosegantes como las de un accidente aéreo. Nuestro temor ancestral a subir a un aparato que se eleva miles de metros tiene su máxima expresión en las recreaciones de siniestros en la gran pantalla. Rodrigo García (Cosas que diría con sólo mirarla, Nueve vidas) aborda en Passsengers esta cuestión, centrándola no en la desgracia en sí, sino en el trauma de quienes sobreviven a ella.
Una joven psicóloga con una sólida formación académica verá la oportunidad de poner en práctica sus conocimientos cuando le encargan el tratamiento del reducido grupo de supervivientes a un terrible accidente de avión. Mientras intenta ayudarles a superar el trauma, se percata de que varios de ellos contradicen la versión oficial de la compañía aérea. Al mismo tiempo, la psicóloga se siente atraída por uno de los pacientes, quien aparentemente no necesita terapia.
Esta producción canadiense es una película de intriga que incorpora momentos románticos y dramáticos en un clima conspiranoico. Al principio descoloca un poco que se omita la secuencia del accidente, pero bien pronto descubriremos el rumbo errático de la cinta, producto de un guión infame que la rebaja a un telefilme con el que te puedes dormir plácidamente, sin remordimientos.
El suspense se va desintegrando gracias a un romance estúpido entre la protagonista, interpretada por Anne Hathaway, y la víctima más excéntrica, a la que da vida Patrick Wilson. Esta pieza encaja tan mal en el conjunto que invita al espectador a desentenderse de los misterios que van surgiendo. Y casi mejor que sea así, porque al final se recurre a una fórmula tan manida y de forma tan tramposa que causará enfado a quien todavía tenga interés en Passengers pasados treinta minutos.
El papel de Hathaway es uno de esos que te inducen a estrangularla, y puedo decir que su personaje es la peor psicóloga que he visto en una película. Sus constantes caras de idiota te hacen creer que es ella la que necesita ayuda. El 'pirado' encarnado por Wilson llama la atención al principio, pero no pasa de ahí. Secundarios de la talla de David Morse y Dianne Wiest elevan el nivel en sus escasas apariciones, pero nadie podría salvar el desastre general. La factura es meramente correcta, sin que despunte ningún apartado.
No es que Passengers tuviera metas ambiciosas y no llegue a cumplirlas, es que se sabía que era una fracaso desde el primer vistazo al guión. Su pretendida sorpresa final no cuenta con bases sólidas, y todo acaba derrumbándose. Como muchas sesiones de terapia, un fraude y una pérdida de tiempo.
Puntuación: 4
El suspense se va desintegrando gracias a un romance estúpido entre la protagonista, interpretada por Anne Hathaway, y la víctima más excéntrica, a la que da vida Patrick Wilson. Esta pieza encaja tan mal en el conjunto que invita al espectador a desentenderse de los misterios que van surgiendo. Y casi mejor que sea así, porque al final se recurre a una fórmula tan manida y de forma tan tramposa que causará enfado a quien todavía tenga interés en Passengers pasados treinta minutos.
El papel de Hathaway es uno de esos que te inducen a estrangularla, y puedo decir que su personaje es la peor psicóloga que he visto en una película. Sus constantes caras de idiota te hacen creer que es ella la que necesita ayuda. El 'pirado' encarnado por Wilson llama la atención al principio, pero no pasa de ahí. Secundarios de la talla de David Morse y Dianne Wiest elevan el nivel en sus escasas apariciones, pero nadie podría salvar el desastre general. La factura es meramente correcta, sin que despunte ningún apartado.
No es que Passengers tuviera metas ambiciosas y no llegue a cumplirlas, es que se sabía que era una fracaso desde el primer vistazo al guión. Su pretendida sorpresa final no cuenta con bases sólidas, y todo acaba derrumbándose. Como muchas sesiones de terapia, un fraude y una pérdida de tiempo.
Puntuación: 4
T.O.: Passengers / Canadá / 2008 / Dirección: Rodrigo García / Elenco: Anne Hathaway, Patrick Wilson, David Morse, Dianne Wiest / Género: Intriga / Duración: 94 minutos |
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