miércoles, 23 de abril de 2014

El fin de una era

Myst V: End of Ages


La historia

La pentalogía de Myst, la saga de aventura gráfica por excelencia, se cerró en 2005 con End of Ages. Desde 1993 desfilaron por las pantallas de ordenador MystRivenExile y Revelation  y ahora ha llegado el momento de finalizar nuestro repaso a tan ilustre serie. Ubisoft distribuyó la creación de Cyan Worlds, sin duda esperada por los amantes del universo fabricado por los hermanos Rand. 

Muchos años después de los sucesos vividos en Myst IV, la decadencia de la civilización D’ni ha llegado a un punto crítico. La habilidad de crear eras a través de libros ha caído en el olvido, y los supervivientes del mítico pueblo se han corrompido tratando de hacerse con el poder.

La perturbadora era que sirve de nexo al resto de mundos.

La sala donde está emplazado el escritorio de Atrus.


Un anciano y abatido Atrus escribe una carta al anónimo protagonista para pedirle su ayuda de nuevo.   Como tantas otras veces, somos la única esperanza que le queda a nuestro amigo para volver a poner las cosas en su sitio.

Todo gira en torno a la tabla, un artefacto que controla y esclaviza a la raza de los Bahro. Yeeshah, la otrora pizpireta hija de Atrus, informa al jugador de sus calamitosos escarceos con este poderoso objeto. Esher, un enigmático D’ni, nos seguirá el rastro incesantemente para ayudarnos y persuadirnos sobre lo que debemos hacer.

Taghira, el mundo más luminoso del juego.

El simbolismo es muy importante el Myst V.


El jugador deberá recolectar diversas tablillas diseminadas en varios mundos para poder acceder a la gran tabla, y entonces deberá tomar una decisión de la que dependerá el futuro de los D’ni.

Comenzamos nuestra aventura junto al famoso escritorio de Atrus, junto al que pululan unos extraños seres que resultan ser los Bahro. Nuevamente deberemos explorar mundos de gran belleza y escurrirnos la sesera para lograr nuestros propósitos. El capítulo final de Myst, como no podía ser de otra manera, llega con el planteamiento que ha erigido a esta serie como la mejor de la historia de los videjouegos en su género.


Jugabilidad

End of Ages es un videojuego de aventura gráfica en primera persona. Incluye la opción de escoger el sistema de juego: el clásico de los dos primeros juegos, el modo de 360º o burbuja de Exile y Revelation o el desplazamiento libre, 'sin point-and-click' que ya vimos en RealMyst.

La quinta y última entrega de la serie está más orientada hacia este último esquema. Hay una menor interacción con los objetos del entorno que en los juegos previos en favor de una nueva herramienta, la pizarra. La pizarra sirve para transmitir órdenes a los Bahro, así como para activar unos pedestales que conectan varios puntos de cada era. De esta forma podemos 'teletransportarnos' y también invocar a la extraña raza para que active un poder especial, generalmente un cambio ambiental (lluvia, viento...), para poder superar algunos puzles.

Yeesha, hija de nuestro viejo amigo Atrus.

Deberemos recolectar partes del diario de Yeesha.


Deberemos hallar los signos que se dibujan en esta tablilla para que los Bahro nos hagan caso. Bastará con trazar el pictograma con el ratón, dejar la pizarra en el suelo y esperar un par de segundos a que las criaturas la recojan y obedezcan nuestras órdenes. Eso sí, si cargamos a cuestas con la pizarra, no podremos ni subir escaleras ni hacer fuerza para manipular determinados objetos.

Por lo demás, Myst V ofrece el tradicional cúmulo de rompecabezas de notable dificultad para la resolución de los cuales es preciso fijarse, pensar y probar cosas. Con una especie de cámara podemos grabar las partidas, que se archivan a modo de instantáneas en un diario en el que también se pueden hacer anotaciones. La duración, que varía según el jugador, es muy satisfactoria.

Un Bahro recogiendo una pizarra del suelo.

En la pizarra hemos de trazar símbolos con el ratón.


Después de superar cada una de las cuatro eras, que podemos explorar en el orden que nos plazca, tendremos a nuestra disposición varios finales posibles. Incluso contamos con la posibilidad de ver la otrora floreciente isla de Myst, sumida ahora en el más absoluto abandono.

Una de las pocas pegas que se pueden poner es que el juego se hace un poco tedioso cuando nos encontramos con alguien, generalmente Esher. No nos podemos mover, de modo que nos quedamos plantados ante los soliloquios de los personajes (recordemos que nuestro protagonista nunca habla).


Cuestiones técnicas

Myst 5 supone un punto de inflexión con la apuesta por los espacios prerrenderizados de sus predecesores. Se sacrifica la tradicional y extraordinaria calidad de los gráficos en favor de un juego de navegación continuada en 3D que prescinde del 'point-and-click'.

Las texturas de los diversos mundos siguen siendo más que notables, pero ya no rezuman el realismo de los juegos anteriores. Donde mejor podemos observar el cambio gráfico es en los personajes, mapeados digitalmente y no en el característico modo 'full motion video'. Esta técnica, quizá anticuada, era para mí uno de los toques mágicos de la saga. Además, las conversaciones resultan bastante estáticas, atenuadas por un leve balanceo de la cámara.

Impresionantes vistas desde Todelmer.

Esher, un personaje que nos seguirá a todas partes.


Sin embargo, los escenarios siguen siendo de una belleza deslumbrante y espectacular. Viajaremos por eras tan distintas como la glacial Taghira, la apacible Laki'ahn o la sobrecogedora Todelmer, sin olvidarnos de la histórica y decadente era inicial, K'veer. Al fin podremos explorar las grandes estancias anexas al escritorio de Atrus.

Cyan ofrece, como de costumbre, un extenso repertorio de efectos sonoros para ambientar y dar realismo a las extrañas máquinas que manipularemos. La partitura de Tim Larkin suena continuamente (no es puntual, como en los otros Myst) y cuenta con un amplio registro adaptado a cada momento de la acción. Finalmente, End of Ages está perfectamente doblado al castellano.


Conclusión

La saga de aventura gráfica más importante de la historia tiene aquí un final más que digno. Engancha y hace pensar con unos buenos puzles que combinan lógica y creatividad. La estética singular, las civilizaciones exóticas y los libros-portales se mantienen. Imprescindible para todo seguidor de Myst e interesante para el resto de jugadores. 

El juego reserva escenarios colosales como esta especie de anfiteatro.

La antaño idílica isla de Myst.


Incluye algunas innovaciones, como prescindir del 'point-and-click' y apostar por la animación digital, pero End of Ages no pierde un ápice de la esencia del universo creado por los hermanos Rand. Muy recomendable.


Puntuación: 8

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