domingo, 16 de marzo de 2014

Rosberg gana una carrera repleta de averías

Nico Rosberg se alzó con la victoria en el Gran Premio de Australia. El alemán fue seguido a mucha distancia por Ricciardo, que fue descalificado horas después de la carrera, Magnussen y Button. Vettel y Hamilton abandonaron durante unos primeros compases muy dinámicos. Hacia la mitad de la prueba, los participantes se centraron más en conservar sus mecánicas que en luchar por posiciones.

Había incertidumbre por conocer el rendimiento real de los monoplazas, así como por saber si la nueva normativa técnica provocaría una oleada de abandonos en la primera carrera del campeonato. 

El alemán de Mercedes fue inalcanzable para sus rivales.


Y lo cierto es que la prueba tuvo un comienzo accidentado, pese a disputarse en seco. Romain Grosjean fue sancionado con un Drive Throug por salir de boxes antes de la señal de quince minutos previa a la carrera. En la vuelta de calentamiento, el piloto de Marussia Max Chilton se quedaba parado, por lo que tuvo que salir desde el pitlane. Después, la salida se abortó porque el otro Marussia de Jules Bianchi también se quedó tirado. Se repitió el giro de formación, y el francés se sumó a su compañero.

En la salida, Rosberg traccionó bien para adelantar tanto a Ricciardo como a su compañero Hamilton. Por detrás, Kobayashi se pasó de frenada y llevándose por delante a Felipe. Ambos abandonaron la prueba sin haber trazado una sola curva.

El hombre de la pole fue perdiendo potencia y posiciones de forma fulminante, y en la vuelta 4 le informaron por radio que debía retirarse para preservar el motor. Un giro más tarde, el que abandonó fue Vettel, en su caso por problemas electrónicos.

Mercedes, en otra dimensión
Por delante, Rosberg abría un hueco de cinco segundos con Ricciardo, que a su vez hacía lo propio con Magnussen. Detrás del trío en cabeza las cosas estaban más apretadas, y en las primeras vueltas se vieron varias disputas y adelantamientos. Hülkenberg, en cuarta posición, era perseguido por Alonso. Detrás de él se colocó su compañero Räikkönen, que había partido undécimo.

Los Ferrari demostraron una preocupante carencia de velocidad que les impedía ganar posiciones. Para colmo, el Willams de Valteri Bottas se aproximaba como un misil. Tras adelantar a su compatriota, Bottas rozó el muro tras la curva nueve y pinchó la rueda trasera derecha, que salió disparada.

Salió entonces el coche de seguridad, y casi todos los pilotos aprovecharon para hacer sus paradas. Entre los perjudicados estuvo Räikkönen, que tuvo que esperar a que su equipo terminase con Alonso, por lo que perdió un par de posiciones. Jenson Button, en cambio, entró a boxes en el momento oportuno y pasó de ser décimo a ocupar la sexta posición, justo detrás del español.

Pocos cambios de posiciones
Tras este comienzo repleto de pequeñas batallas y percances, la prueba se estabilizó. Los pilotos arriesgaron poco para no forzar las mecánicas, y se abrieron importantes distancias entre los primeros clasificados.

En la vuelta 29, Caterham le ordenó al debutante Marcus Ericsson debutante que se retirase por problemas en la presión de aceite. Poco después, Lotus le pidió a Pastor Maldonado que detuviera el coche. El temor a las averías era permanente en todo el muro de boxes. Grosjean y Bianchi se retirarían más tarde estableciendo el número de abandonos en ocho.

En torno a la vuelta 30 se produjo la segunda oleada de visitas a los garajes. Alonso se mantuvo en pista una vuelta más que Hülkenberg, por lo que pudo adelantarle. Sin embargo, Button le arrebató la plaza ganada al alemán. Räikkönen se pasó de frenada, siendo adelantado de nuevo por su paisano Bottas. El ritmo de los monoplazas impulsados por Mercedes era incontestable para el resto, con la excepción del Red Bull de Ricciardo.

Precisamente corrió el rumor en el paddock de que el piloto australiano tenía problemas técnicos, por lo que Magnussen y sus perseguidores trataron de acercarse sin conseguir darle caza.

Rosberg, que fue aproximadamente un segundo por vuelta más rápido que sus rivales, vio la bandera de cuadros para conseguir la cuarta victoria en a máxima categoría del motor. No sólo fue líder desde la primera curva, sino que además firmó la vuelta rápida.

Ricciardo pudo cruzar la línea de meta en segundo lugar medio minuto después, para alegría de las gradas del Albert Park. Horas después sería descalificado por irregularidades en el flujo de combustible. Esta decisión de la FIA ha sido apelada por Red Bull.

Tras el australiano, Magnussen y Button dieron a McLaren un podio que la escudería británica no saboreaba desde hace dos temporadas. A continuación, Alonso, Hülkenberg y Bottas. Räikkönen llegó perseguido por los Toro Rosso de Vergne y Kvyat.

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