Holocausto caníbal
Pocas películas han contado con una campaña publicitaria tan estrambótica y efectiva como Holocausto caníbal (1980). Su director, el italiano Ruggero Deodato (Los bárbaros, Trampa para un violador), fue arrestado por homicidio porque las muertes del filme parecían demasiado verosímiles. Presentada a modo de metraje encontrado, no fueron pocos los que la tomaron como un documental.
A esto hay que sumar una larga lista de censura en numerosos países que convierte a la cinta en una de las más controvertidas de todos los tiempos. En ella cuatro jóvenes reporteros se adentran en la selva amazónica para filmar un documental sobre las tribus que habitan esta región apenas explorada por el hombre blanco. Tras su desaparición, un grupo de rescate es enviado para dar con ellos.
La película comienza con unas tomas aéreas de la selva acompañadas por un apacible y casi romántico tema musical. En ese escenario tan idílico aparece en grande el rótulo del inequívoco título del filme, y de esta forma cualquier espectador se puede imaginar que la majadería que se avecina no va a ser pequeña.
Es una verdad innegable que Holocausto caníbal exhibe incontables muestras de sensacionalismo barato. Junto con la propensión de los desnudos encontramos toda suerte de violencia aderezada con gore, desde lapidaciones hasta mutilaciones o empalamientos.
Es una verdad innegable que Holocausto caníbal exhibe incontables muestras de sensacionalismo barato. Junto con la propensión de los desnudos encontramos toda suerte de violencia aderezada con gore, desde lapidaciones hasta mutilaciones o empalamientos.
Pero más inquietante que la crueldad hacia los humanos es la utilización y tortura de animales para secuencias psicópatas. Nos topamos, así, con monos decapitados, un cerdo fusilado o una lección anatómica de una tortuga tan innecesaria como indudablemente real.
Los miembros de la expedición original. |
Ahora bien, si las vísceras no nos ha embotado los sentidos nos daremos cuenta de que la estructura del filme es interesante y funciona. Viajamos dos veces al mismo lugar, y en cada periplo desde un punto de vista distinto: primero desde una óptica de respeto y búsqueda de entendimiento y más tarde con la soberbia y desprecio de quien se considera superior a un semejante.
El reparto reproduce exactamente estas dos corrientes, con la sobriedad de Robert Kerman por un lado y la desmadrada sobreactuación de Gabriel Yorke, Francesca Ciardi y compañía por el otro. La atmósfera está bastante bien conseguida pese a tratarse de una obra de bajo presupuesto.
El amarillismo intencionado eclipsa las virtudes de Holocausto caníbal, una película con un buen planteamiento que atrapa y dejó como legado la idea de la grabación encontrada. Deodato reafirma la idea de que el hombre es un lobo para el hombre, aunque para él eso sea un pretexto para rodar atrocidades.
Puntuación: 6
T.O.: Cannibal Holocaust / Italia / 1980 / Dirección: Ruggero Deodato / Elenco: Robert Kerman, Gabriel Yorke, Francesca Ciardi, Perry Pirkanen, Luca Barbareschi / Género: Terror / Duración: 98 minutos |
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