lunes, 5 de enero de 2015

Vacaciones en un paraíso infernal

Dead Island


Historia

Nuestras vacaciones en la idílica isla oceánica de Banoi no van a ser, para nada, algo dentro de lo previsto. En medio de una noche de fiesta y desparrame y perjudicados por el alcohol, vamos dando trompicones por entre los huéspedes del lujoso complejo vacacional en el que nos hospedamos. Así es como llegamos a la cama casi sin enterarnos de la terrible hecatombe que sucede a nuestro alrededor. A la mañana siguiente nos despertamos y en plena resaca nos topamos con el hotel asolado por un extraño virus zombi que se contagia a base de mordiscos.

El desarrollo de Dead Island empezó hacia 2005 de manos del estudio polaco Techland, famoso por su saga Call of Juarez. El juego fue anunciado en 2007 con idea de llegar al mercado al año siguiente, pero no sería hasta finales de 2011 cuando finalmente se pondría a la venta. El proyecto más ambicioso de Techland se tradujo en un éxito notable y una recuperación del crédito obtenido años atrás. 

Los otrora turistas querrán comernos.

El complejo turístico en la ficticia isla de Banoi.


Lo cierto es que Dead Island no cuenta con un hilo argumental lo suficientemente desarrollado. La trama consiste más bien en ayudar a sobrevivir a aquellos que todavía no han sido contagiados. Hay  quien se esconde, quien intenta contactar con el exterior en busca de ayuda o quien intenta salir de Banoi directamente. De hecho, un misterioso tipo nos promete ayudarnos si conseguimos llegar hasta él. Paralelamente y mediante la recolección de diarios y grabaciones podremos obtener información del virus.

Los personajes principales, aquellos a quienes podemos controlar, carecen de profundidad. No los conocemos bien, apenas hay escenas en las que puedan exhibir carisma. Este hecho, en contrapartida, agudiza más la sensación de que es el propio jugador quien se juega el pellejo ante los muertos vivientes.


Jugabilidad

Dead Island presenta una curiosa combinación de acción en primera persona, aventura en mundo abierto y rol. Pese a la temática zombi, no inspira terror más allá de algún que otro susto inicial. Vayamos por partes. El juego comienza con la elección de tu personaje entre cuatro opciones, cada uno con unos valores distintos en salud, velocidad y resistencia, así como unas habilidades únicas.

Es raro que un juego en el que el combate suele ser cuerpo a cuerpo esté representado en primera persona. Esto te zambulle en el juego al tiempo que obliga a extremar la precaución para evitar ser rodeado. El juego cuenta con los parámetros clásicos de los títulos de acción, como la resistencia, que es la barra que se agota cada vez que lanzamos un golpe, esprintamos o saltamos; o el modo furia, un estado altamente destructivo en el que no dejaremos títere con cabeza.

Los cuatro personajes a escoger.

Matar o morir, no hay elección.


A modo de 'sandbox' podemos recorrer la isla de punta a punta, adentrándonos en sus distintas zonas, como la ciudad, la selva, el hotel o la prisión. Multitud de espacios interiores y exteriores que encierran sorpresas y muchas misiones.

La presencia del rol se traduce en la acumulación de puntos de experiencia para desbloquear habilidades especiales (probabilidades de golpe crítico, hacer más daño con armas contundentes, etc.) subiendo de nivel. Las armas se pueden reparar, mejorar e incluso crear si cuentas con las piezas necesarias. Sirvan de ejemplo los cócteles Molotov o bates con clavos. Con cada golpe dado a un enemigo veremos en la pantalla los puntos de salud que le hemos quitado, indicación que se puede desactivar.

Un menú radial de selección rápida de armas.

Los recados de los supervivientes estarán a la orden del día.


Las armas varían desde objetos simples como tuberías o remos hasta catanas, machetes y toda suerte de cuchillos. Las armas de fuego aparecen bien adentrado el juego, y lo cierto es que su relevancia es menor. El dinero es la unidad que nos permite efectuar las reparaciones en los talleres, así como adquirir botiquines y todo tipo de artículos de los comerciantes. No debemos olvidar uno de nuestros recursos ofensivos más decisivos: la patada. Hacer retroceder o incluso tumbar a un zombi nos brindará la mejor ocasión para acabar con él.

Los enemigos son de dos tipos: o bien zombis (la inmensa mayoría) o bien humanos, puesto que las situaciones caóticas siempre atraen a los oportunistas. En los zombis se distinguen varias tipologías según el nivel de infección. Encontramos caminantes clásicos, muertos vivientes de gran agresividad y velocidad, colosos de gran fuerza y resistencia, sujetos mórbidos que lanzan una sustancia corrosiva... La fuerza de los enemigos se va incrementando a la par que nuestro nivel, por lo que nunca te puedes fiar.

No todos los infectados son iguales.

Los supervivientes se hacinan a la espera de socorro.


La inteligencia de los zombis es la adecuada para unos seres con el cerebro putrefacto. Si te acercas lo suficiente y te detectan, van a por ti. En caso contrario, van deambulando en busca de un bocado o devorando cadáveres. Chocan contra las farolas y señales y se meten en el fuego o zonas electrificadas sin ningun reparo, como es natural. Mueren cuando sufren cierta cantidad de daño o les amputamos una extremidad. Aunque no todos, ya que en caso de que los más fuertes pierdan los brazos, nos matar a cabezazos.

Los supervivientes van conformando grupos e instalándose en refugios improvisados. Atender las necesidades de esta gente en apuros será la tónica dominante. Conseguir comida en una gasolinera, escoltar a un tipo, buscar a un familiar perdido... Al margen de recados, deberemos hacer lo posible para ayudar al hombre que afirma saber cómo se sale de Banoi. En total, Dead Island alberga un centenar de misiones que se pueden resolver en unas treinta horas.

Los desplazamientos por la isla se agilizan gracias a los vehículos y a la opción de viaje rápido entre zonas. El manejo de los automóviles, eso sí, es bastante complejo. Transcurrirá un buen número de colisiones antes de que le cojamos el truco al volante.


En la ciudad las cosas no van mejor.

La aventura nos llevará a la selva del interior de la isla.


Hay que señalar que Techland ha orientado el título al modo multijugador cooperativo, si bien la experiencia en solitario es igual de disfrutable. En solitario hay más de terror, con amigos hay más tácticas de combate y risas. Las uniones de partidas se producen cuando el nivel de los jugadores es similar, así se evitan revelaciones de la trama y desajustes de nivel.

Dead Island puede parecer reiterativo en exceso. Sin embargo, hay una serie de factores que lo convierten en un videojuego realmente entretenido. La mezcla de géneros es muy acertada. Matar a infectados es tan realista que no aburre. El sistema de misiones pequeñas engancha, puesto que siempre tienes cerca algo por hacer.


Cuestiones técnicas

El apartado gráfico es potente y presenta un buen acabado. Una cálida luz baña los escenarios exteriores de la isla oceánica, mientras que en los destartalados interiores predomina la oscuridad. La ambientación es formidable, con un elevado nivel de detalle en cada una de las diferentes zonas de Banoi. Hasta la vestimenta de los zombis varía en función del lugar en el que se contagiaron: bikinis en el hotel, ropa de calle y cascos de moto en la ciudad, taparrabos y pinturas corporales en la jungla...

Los efectos y las animaciones son sobresalientes. Las físicas de impacto son una maravilla. Impactos, fracturas, mutilaciones, explosiones, electrocuciones... Aniquilar a los muertos vivientes nunca ha sido tan divertido. Y cómo corre la sangre en Dead Island.

No todos los supervivientes son inofensivos.

Adentrarnos en oscuros edificios es la única forma de obtener recursos.


El diseño de los humanos, eso sí, es bastante simple comparado con el de los zombis. Existen algunos errores discretos, como el increíble peso de las pelotas de playa, o notables, como el hecho de que en las cinemáticas aparezcan siempre cuatro jugadores aunque juguemos en solitario. Son cosas que deberían haberse pulido, pero que al fin y al cabo afectan bien poco a la jugabilidad.

Los agonizantes gemidos de los zombis, así como efectos de audio propios de película de terror (sobre todo, en los tenebrosos espacios interiores) te ponen en alerta en todo momento. La banda sonora es versátil y aporta ritmo a esta aventura apocalíptica. El juego viene con las voces en inglés y los textos en castellano.


Conclusión

Notable en casi todos los campos, Dead Island destaca por su apropiada mezcla de géneros y por ambientar una historia de terror en una localización apacible y bien iluminada. El guión es pobre, los personajes protagonistas adolecen de personalidad y muchas misiones repiten su planteamiento, pero es tan endemoniadamente divertido... Un gran trabajo de Techland.


Puntuación: 8

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