domingo, 8 de junio de 2014

Ricciardo se impone en el caos de Montreal

Siete carreras han sido necesarias para que algún piloto fuera capaz de quebrar la racha de triunfos de Mercedes. Los 25 puntos fueron para Ricciardo gracias a una acertada estrategia, un impresionante ritmo y, sobre todo, a los problemas de fiabilidad de Mercedes. Rosberg se tuvo resignó a la segunda plaza mientras su máximo rival, Lewis Hamilton, abandonó al igual que media parrilla. Sebastian Vettel subió al tercer escalón del podio.

La tensión entre los dos aspirantes al título quedó patente en la primera curva de la prueba, donde ambos estuvieron cerca de tocarse. Rosberg le cerró la puerta a su compañero, que se vio obligado a salirse un poco de la traza. Vettel estuvo atento para sobrepasar al inglés y situarse entre los dos monoplazas de la estrella plateada.

El australiano aprovechó el resquicio dejado por la escudería hegemónica.


La efervescencia del comienzo de la prueba se vio truncada cuando Chilton patinó en la primera chicane y se llevó por delante al otro Marussia, terminando ambos contra el muro. La pista quedó pringada de aceite en esa zona y el coche de seguridad rodó hasta la octava vuelta. Por entonces las diez primeras posiciones estaban en manos de Rosberg, Vettel, Hamilton, Bottas, Massa, Ricciardo, Vergne, Alonso, Räikkönen y Button.

La prueba se relanzó, pero apenas hubo adelantamientos hasta que se permitió el uso del DRS. Pérez fue el único en conseguirlo sobre Button al final de la larga recta final, merced a la considerable velocidad punta de Force India. Ya con el alerón trasero móvil en la vuelta 11, Hamilton se deshizo de Vettel en el mismo punto.


Ricciardo, un plan distinto al resto
En el giro 14, mientras Ericsson se retiraba por avería, Ricciardo efectuaba su primera parada. Era muy temprano todavía, pero la idea de Red Bull era situar a su joven piloto con un gran espacio por delante para aprovechar al máximo su ritmo. La estrategia fue la idónea, pues el australiano apenas tuvo tráfico hasta los últimos compases.

Entre la vuelta 16 y la 19 fueron deteniéndose el resto de pilotos. Rosberg tuvo un gran susto cuando estuvo cerca de perder el control. Una rápida y enérgica corrección al volante evitó males mayores. Hamilton salió de boxes por detrás de su compañero, y progresivamente fue reduciendo la distancia hasta situarse a menos de un segundo.

Los dos contendientes rodaron al límite, con polémica incluida. Rosberg se saltó la última curva tras una pasada de frenada alarmante, con lo que ganó unas décimas. La dirección de carrera tardó más de cinco vueltas en decretar una inocua advertencia para el alemán, por lo que las cosas debían decidirse en la pista.

Hacia la vuelta 25 y a trece segundos de los Mercedes, Pérez y Hülkenberg eran los únicos que aguantaban sobre el asfalto sin haber pasado por boxes. Los Red Bull y los Williams les seguían a cierta distancia, y más atrás los Ferrari protagonizaban otra carrera gris pugnando con los Toro Rosso. A estas alturas, Kobayashi y Maldonado se sumaron a la lista de bajas por problemas técnicos.

Alarmas en Mercedes
Las distancias y posiciones se mantuvieron hasta la vuelta 40, cuando los mensajes de radio revelaron que ambos Mercedes presentaban problemas de potencia en sus motores. Fue justo en el momento en que se abrió la segunda tanda de paradas, si bien los Force India pasaron por el pit-laine por primera y única vez. Williams comunicó igualmente a Massa que tratara de llegar al final sin detenerse, y así fue como el brasileño llegó a liderar el Gran Premio durante unas vueltas.

Una tormenta se desató por detrás del de São Paulo cuando Hamilton salió de boxes pegado a su alerón trasero y justo por delante de Rosberg. De nuevo hubo emparejamientos y roces entre ambos, y finalmente fue el líder del campeonato el que resultó vencedor. Tras verse superado por el alemán, Hamilton se quedó sin frenos y se metió en el garaje con una humareda saliendo de su coche.

Quedaban veinte giros para la bandera a cuadros cuando Kvyat dijo adiós a la cita por otra avería y Massa se resignó a efectuar su segunda parada. Rosberg marchaba al frente, pero con el motor limitado y temeroso ante la posibilidad de una avería. Pérez, Ricciardo y Vettel se echaron encima del otrora inalcanzable Mercedes. A este grupo fueron sumándose Hülkenberg, Bottas, Massa y Alonso, por lo que todo estaba en el aire.

Especialmente destacado fue el ritmo de Felipe Massa, que sobrepasó a su compañero y a Hülkenberg  al final de la recta final para acercarse al pelotón de cabeza. Bottas también perdió la posición con Alonso, pero en la primera curva.

Ricciardo dio el golpe al final
El censo de abandonos se engrosó con Grosjean y Gutiérrez, confirmando que el Gilles Villeneuve es uno de los circuitos más exigentes del Mundial de Fórmula 1 en lo técnico. Pérez, ya con las ruedas muy gastadas y con problemas de frenos, cedió su segunda plaza ante los dos impetuosos Red Bull. 

Mientras Rosberg se dejaba adelantar por Ricciardo para asegurar un buen botín de puntos, Massa embistió por detrás al Force India de Pérez, que realizó un absurdo giro a la izquierda que provocó la colisión. El accidente de ambos fue muy aparatoso, y a punto estuvieron de llevarse por delante a Sebastian Vettel. El coche de seguridad escoltó a los once pilotos que quedaban sobre la pista hasta la línea de meta, consumándose la primera victoria del australiano de Red Bull en la máxima categoría del motor.

Así pues, el podio quedó conformado por Ricciardo, Rosberg y Vettel. Button escaló a la cuarta posición en el último suspiro en un doble adelantamiento a Hülkenberg y Alonso. Bottas, Vergne, Magnussen y Räikkönen cerraron la zona de puntos.

Hamilton ha vuelto a sucumbir ante el azar de las averías, que sigue sonriéndole a un Rosberg que amplía su ventaja sobre el británico hasta los 22 puntos. La presión de la que tanto hablaba el piloto de Stevenage hace unas semanas recae ahora en su persona.


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