jueves, 23 de enero de 2014

Orgía de dinero y poder

El lobo de Wall Street


El venerado Martin Scorsese no es sólo uno de los mejores cineastas de los últimos cuarenta años, sino que también es uno de los más brillantes del momento. Su trayectoria en los últimos años, con filmes del calibre de Shutter Island o Infiltrados, ha motivado una elevada expectación en sus estrenos. El lobo de Wall Street (2013), que viene además con una buena cosecha de premios y nominaciones, sitúa esta tendencia al alza.

La película que hoy nos ocupa se basa en la autobiografía de Jordan Belfort, un corredor de bolsa que en los años noventa amasó una gran fortuna gracias al fraude bursátil y la estafa. Casi tan famoso como su actividad laboral fue su convulso estilo de vida, repleto de fiestas, sexo y drogas.

El dinero es el eje principal de la película.


El lobo de Wall Street es una de esas cintas en las que podemos reconocer fácilmente a su realizador. Scorsese condensa en tres horas elementos como drogas, sexo, depravación, imprecaciones, egoísmo, corrupción o traición. A diferencia de Casino, el director estadounidense dota a la obra de un ritmo que no evita el cansancio del espectador.

A esto contribuye también el sentido del humor, presente en muchas escenas. El almuerzo espiritual de Matthew McConaughey o la primera venta de acciones de a centavo por parte del protagonista son ejemplos de ello. La tropa de 'brokers' de pueblo está integrada por personajes histriónicos y divertidos, destacando Jonah Hill. Podríamos decir que se trata de una comedia dramática.

La pandilla de palaurdos que dirige DiCaprio.


La figura que acapara la atención es Leonardo DiCaprio, en su quinta colaboración con Scorsese. Interpreta a un singular personaje hecho a sí mismo pero desbordado por los excesos. Su actuación protagonista es muy buena, al estilo del terrateniente de Django desencadenado, aunque lo que realmente prueba su  excelente valía como actor son los cambios de registro.

La película es tan traviesa y descomedida como su protagonista. El director, que habitualmente pinta un retrato sobre la corrupción humana, abandona la violencia callejera de las mafias para instalar su trípode en las altas esferas de la sociedad. El lavado de dinero y los paraísos fiscales son acciones y escenarios que reemplazan a los asesinatos y suburbios de Gangs of New York o Uno de los nuestros, pero en ambos ambientes observamos la misma decadencia.

La narración en off del personaje principal agiliza la narración, al tiempo que evita caer en juicios morales. Cada espectador es libre de evaluar el comportamiento de estos corredores de bolsa (así como de la bolsa en general) así como de reflexionar sobre si su alocado estilo de vida les hacía felices.



Es probable que a muchos les resulten cansinos los 180 minutos clavados de desparrame, pero en mi opinión El lobo de Wall Street es otra muestra más del excelente estado de forma de Scorsese.


Puntuación: 8



T.O.: The Wolf of Wall Street / EE.UU. / 2013 / Dirección: Martin Scorsese / Elenco: Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Margot Robbie, Matthew McConaughey, Jean Dujardin / Género: Comedia / Duración: 179 minutos

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