El médico
Cuando se anuncia la adaptación cinematográfica de una obra literaria famosa, las mentes de sus millones de lectores son invadidas por una nube negra de recelo. En esta ocasión le ha llegado el turno a El médico (2013), basada en la celebérrima novela de Noah Gordon. Philipp Stölzl (El último testigo, Nordwand) dirige esta gran producción alemana.
En la Inglaterra del siglo XI, Rob Cole (Tom Payne) se queda huérfano tras morir su madre de una extraña enfermedad. El pequeño es adoptado por un barbero ambulante (Stellan Skarsgård) que le instruye con sus rudimentarios conocimientos de la medicina. Años más tarde, cuando Rob ha aprendido todo de su peculiar maestro cuando escucha hablar de un Ibn Sina (Ben Kingsley), un sabio de Persia considerado como el mejor médico del mundo. Sin pensárselo dos veces, el joven emprende el largo viaje hasta allí con la intención de ingresar de su escuela.
Siendo honestos, cualquiera podría esperar un telefilme pomposo de esos que se emiten por televisión los domingos a la hora de la siesta. Pero, tras un principio a lo Dickens con unos huérfanos hambrientos en una cochambrosa Londres se da paso a una película que se asemeja mucho a las grandes producciones hollywoodienses de los años 50 con Cecil B. DeMille a la cabeza. Y eso siendo europea, aunque rodada en inglés para buscar la proyección internacional.
El médico contiene todos los ingredientes de este cine de antaño: una época pasada, un viaje larguísimo y peligroso, el desierto con sus caravanas de camellos, el exótico Oriente, una historia de amor, un rey despótico, una guerra en ciernes... Y en medio de todo esto se halla un personaje histórico, Ibn Sina o Avicena, uno de los mayores iconos de la medicina.
El médico contiene todos los ingredientes de este cine de antaño: una época pasada, un viaje larguísimo y peligroso, el desierto con sus caravanas de camellos, el exótico Oriente, una historia de amor, un rey despótico, una guerra en ciernes... Y en medio de todo esto se halla un personaje histórico, Ibn Sina o Avicena, uno de los mayores iconos de la medicina.
Los intérpretes principales Tom Payne y Emma Rigby son prácticamente desconocidos, lo que otorga una mayor autenticidad a sus buenas interpretaciones. A su lado aparecen secundarios de la talla de Stellan Skarsgård, Ben Kingsley u Olivier Martinez. La labor del director, por su parte, es marcadamente académica, siguiendo el estilo cinematográfico de la época dorada de Hollywood.
El diseño de producción, capital en una película de época, es notable y logra situar al espectador diez siglos atrás. Junto a los decorados y vestuarios, destaca la fotografía y una banda sonora de tintes épicos. Todo parece funcionar en una cinta en la que el ritmo no decae pese a sus dos horas y media de duración.
Como siempre, muchos de los lectores del libro de Gordon son susceptibles de llevarse una decepción o salir indignados de las salas de cine. Hay pasajes segados por la elipsis y es posible que Stölzl haya puesto el acento en algunas cosas en detrimento de otras, a diferencia de la novela. Pero eso no resta méritos al largometraje.
Los temas e ideas que se abordan en el filme son universales e imperecederos. La sed de conocimiento, el choque de culturas o la colisión entre ciencia y religión son algunos ejemplos. A lo largo de la aventura, el fanatismo queda retratado en cada una de las religiones abrahámicas: la Inquisición de los cristianos, una lapidación por parte de los judíos y la brutalidad de un islam en expansión. El pobre Ibn Sina se verá asediado por el islamismo tanto o más como la Hipatia de Ágora por los cristianos primitivos.
El amor es uno de los elementos más importantes de El médico. |
El diseño de producción, capital en una película de época, es notable y logra situar al espectador diez siglos atrás. Junto a los decorados y vestuarios, destaca la fotografía y una banda sonora de tintes épicos. Todo parece funcionar en una cinta en la que el ritmo no decae pese a sus dos horas y media de duración.
Como siempre, muchos de los lectores del libro de Gordon son susceptibles de llevarse una decepción o salir indignados de las salas de cine. Hay pasajes segados por la elipsis y es posible que Stölzl haya puesto el acento en algunas cosas en detrimento de otras, a diferencia de la novela. Pero eso no resta méritos al largometraje.
Los temas e ideas que se abordan en el filme son universales e imperecederos. La sed de conocimiento, el choque de culturas o la colisión entre ciencia y religión son algunos ejemplos. A lo largo de la aventura, el fanatismo queda retratado en cada una de las religiones abrahámicas: la Inquisición de los cristianos, una lapidación por parte de los judíos y la brutalidad de un islam en expansión. El pobre Ibn Sina se verá asediado por el islamismo tanto o más como la Hipatia de Ágora por los cristianos primitivos.
En definitiva, supera con creces las engañosas expectativas que generaba. Su nostálgica apariencia a película antigua es su principal atractivo. No despunta de forma sobresaliente en ningún aspecto, pero es más que correcta en todos ellos. En función de su aceptación se llevarán a la gran pantalla las dos continuaciones del éxito de Noah Gordon. Y mientras tanto, en Estados Unidos se adaptan cómics de Marvel...
Puntuación: 7
T.O.: Der Medicus (The Physician) / Alemania / 2013 / Dirección: Philipp Stölzl / Elenco: Tom Payne, Stellan Skarsgård, Olivier Martínez, Emma Rigby, Ben Kingsley / Género: Aventuras / Duración: 150 minutos |
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