miércoles, 15 de enero de 2014

Los años no perdonan

Cristal oscuro


Las películas de fantasía y aventuras constituyen uno de los géneros más sensibles al paso del tiempo. Obras que antaño encandilaron a millones de personas, con el paso de las décadas se tornan toscas piezas de museo. Un ejemplo claro de esto lo vemos en el King Kong de 1933, pero tampoco hace falta retroceder tanto el tiempo. Veamos por qué Cristal oscuro (1982), hoy una película de culto, pertenece a este grupo de filmes.

Un milenio atrás, el deterioro del poderoso Cristal Oscuro desató el caos por todo el planeta. La abominable raza de los skekses se harán con el dominio absoluto a no ser que el cristal sea reparado cumpliéndose una profecía. El joven Jen, entrenado por los Místicos, es el elegido para llevar a cabo tal hazaña.

Los personajes de Cristal oscuro son interpretados por marionetas.

Jim Henson (Barrio Sésamo, El Cuentacuentos) y Frank Oz (Un funeral de muerte, Un golpe maestro) dirigen esta original cinta británica, rodada con imagen real pero con marionetas en lugar de actores. Incluso las bestias que pueblan el salvaje mundo de Jen son muñecos animados con inigualable maestría.

Cristal oscuro es una de esas obras en las que lo mejor es el envoltorio. El trabajo artesanal que supone infundir realismo a cada momento empleando marionetas es descomunal, y continuamente observamos detalles que refuerzan esta sensación de verosimilitud. Parpadeos, movimientos de los dedos, escenografías muy trabajadas, una rica fauna... Quizá sólo por esto merezca la pena el visionado.

Sorprende la variedad de animales y el realismo que desprenden.


Y, de hecho, no hay mucho más. Henson y Oz dotan al filme de un aroma a cuento viejo y repleto de fantasía. Se trata de una película de aventuras clásica, con unos personajes planos y claramente posicionados dentro de la lucha entre el bien y el mal. Profecías, héroes, aliados inesperados en el camino, criaturas horrendas y pérfidas... Los elementos de siempre, vaya.

No obstante, Cristal oscuro es, sencillamente, aburrida. Sólo dura 90 minutos, pero su ritmo es tan lento que libera bostezos. Probablemente sea que nos hemos acostumbrado a las dosis de acción y los raudos movimientos de cámara que podemos ver en El Hobbit y similares, o probablemente no.



Como siempre, los nostálgicos cuya infancia pasó por esta cinta la defenderán a capa y espada. Pero para el resto de los mortales, puede resultar soporífera. Le pones esto a un niño de hoy en día, y se queda frito a la media hora. El argumento, con ligeros aires de El Señor de los Anillos, puede ser ideal para una representación de títeres en vivo, pero llevado al cine pierde muchos enteros. Definitivamente y pese su atrayente aspecto, Cristal oscuro no ha envejecido bien.


Puntuación: 5



T.O.: The Dark Crystal. / Reino Unido / 1982 / Dirección: Jim Henson, Frank Oz / Elenco: Animación / Género: Aventuras / Duración: 93 minutos

No hay comentarios:

Publicar un comentario