La ciudad del vicio

Grand Theft Auto: Vice City

Historia

Exactamente un año después de que Grand Theft Auto III (2001) revolucionara la industria de los videojuegos, Rockstar exhibió su fórmula mejorada y trasladada a Vice City, una versión libre de la ciudad de Miami.

En esta ocasión retrocedemos hasta 1986, cuando un tal Tommy Vercetti acaba de cumplir quince años a la sombra en Liberty City por los servicios prestados a la mafia. Al salir de la cárcel y viendo su 'popularidad' en aquellos lares, su jefe decide enviarlo a Vice City para cerrar un negocio que termina saliendo mal. Deberemos ganar una buena cantidad de dinero si queremos restituir las deudas con la mafia y no terminar alimentando a los peces.

Bañadores y palmeras en Vice City.

Tommy tiene las cosas claras.

De nuevo empezamos de cero en una ciudad nueva, esta vez muy distinta a la lúgubre Liberty. Con una historia menos lineal y mucho más hilada iremos tomando contacto con narcotraficantes, políticos, grandes empresarios pero también con las bandas urbanas de cubanos y haitianos en los suburbios. Se prodigan la violencia, el humor negro y los guiños a Corrupción en Miami, Scarface, El Padrino y un largo etcétera.

En contraposición con Claude, un eficiente chico de los recados que nunca rechistaba (ni siquiera hablaba), aquí Vercetti estará dispuesto a escalar para convertirse en un pez grande. Personajes excéntricos, traiciones, juego a dos bandas, grandes golpes y mucha diversión nos esperan si decidimos conquistar la ciudad del vicio.

Nada como una sierra mecánica para acabar con un chivato.

La parodia está siempre presente.

Jugabilidad

Vice City mantiene el mismo esquema que su predecesor. Una ciudad como 'sandbox' en la que nos dedicaremos a robar y matar a indeseables, atracar establecimientos, colocar bombas... y en general a resolver los problemas de la gentuza más influyente del lugar.

Los automóviles volverán a ser parte fundamental del juego, doblándose la cantidad de vehículos existentes respecto a GTA III. Merece especial mención la inclusión de motos, helicópteros y una avioneta que sí vuela. El sistema de conducción es sencillo y otorga unas características únicas a cada vehículo.

Sobrevolando la zona.

La ciudad cambia de noche.

Una visita a Ammu-Nation nos permitirá acceder a un buen abanico de armas, desde bates de béisbol hasta lanzacohetes pasando por pistolas, escopetas, rifles de francotirador, ametralladoras, etc.  Con nuestro dinero también podremos adquirir pisos francos y negocios tales como un concesionario de coches, un estudio cinematográfico o una fábrica de helados, todos ellos tapaderas de actividades criminales y lucrativas.

Eso sí, lo que Vercetti no podrá hacer es nadar, ya que si cae al agua se ahogará sin remedio. En contraposición, podremos recuperar salud comiendo en puestos de comida rápida o contratando los servicios de prostitutas..

Podremos comprar inmuebles, desde chabolas a mansiones.

¡Las hamburguesas son buenas para la salud!

Una de las mayores diferencias de Vice City con Liberty es la menor densidad de tráfico, así como la mayor presencia policial. En ocasiones costará que pase un coche para que podamos 'tomarlo prestado', un detalle algo incómodo.

Las misiones principales y las distintas ramas se pueden superar en unas doce horas, aunque la duración útil del título se multiplicará si queremos dejarnos llevar y sacarle todo el partido a lo que se nos ofrece. Algunas misiones nos supondrán un desafío en el que nos veremos obligados a aprender distintos aspectos del juego (controlar helicópteros de juguete, pilotar un hidroavión con el combustible justo, etc.) por lo que no estamos ante un juego fácil.

Las motocicletas tendrán un papel importante.

Vendiendo helados... o drogas.

Ejercer de bombero, taxista o policía nos reportará ahora importantes beneficios a tener en cuenta. Por ejemplo, completar doce entregas de pizzas nos elevará la barra de salud en un 50%. Vice City contiene además otras sorpresas en forma de objetos ocultos y masacres.

Cuestiones técnicas

Con una optimización general respecto a Grand Theft Auto III, Vice City se muestra con más calidad de texturas y nivel de detalle. La playa, las camisas hawaianas y las luces de neón rosa y cián son la tónica dominante en esta versión de Miami compuesta de varias islas interconectadas. Sus calles albergan espacios como un estadio de espectáculos motorizados, un club de golf o los suburbios poblados de chabolas.

Defendiendo lo nuestro en plan 'Scarface'.

Las puertas de muchos edificios están abiertas.

Observando el agua encontraremos el cambio más reseñable, pues aquí deja de ser la masa amorfa que vimos en Liberty para contener oleaje y reflejos. Por todo lo demás, Vice City rezuma vitalidad y una sociedad muy heterogénea. Los ciudadanos pasean, se detienen, te imprecan si les molestas, huyen si se ven amenazados... Alguna vez nos toparemos con un individuo corriendo contra la pared, pero en general su comportamiento es coherente.

El ciclo día y noche nos deja hermosos amaneceres y puestas de sol, lastrados por el 'popping'. La ambientación ochentera la tenemos presente en la ropa, los coches y sobre todo la excepcional y extensa banda sonora que suena por la radio, con temas de todos los géneros como Billie Jean de Michael Jackson, 99 Luftballons de Nena o I wanna rock de Twisted Sister. Destaca una cadena en español con temas latinos y un descacharrante locutor al frente.

Los impactos que reciban los vehículos aparecerán reflejados.

Fases aisladas de disparo en primera persona.

Los efectos sonoros son buenos, pero es en el doblaje donde encontramos el mejor trabajo. Las voces, algunas de las cuales pertenecen a actores conocidos como Ray Liotta, Dennis Hopper o Burt Reynolds, casan perfectamente con los personajes. Como es habitual en Grand Theft Auto, el juego está en inglés subtitulado.

Conclusión

Con el mismo motor y un solo año de diferencia respecto a su precursor, Vice City exhibe más que suficientes muestras que justifican su existencia. Supone una evolución en todos los sentidos: una historia más atractiva y mejor conectada, una jugabilidad adictiva y con más opciones, unos gráficos más pulidos y una colección musical extraordinaria. No es perfecto pero está muy cerca de serlo.

Puntuación: 9,5