En casi todos los edificios de viviendas hay algún artista del bricolaje o maníaco de las herramientas que deleita a sus conciudadanos con los ruidos más perturbadores que ha podido concebir el Diablo. Estas personas tienen además el detalle de escoger las horas más inoportunas para sus faenas.
He de denunciar al hijo de mil hienas del Vecino Taladro por su inaudito 'modus operandi'. El muy desgraciado tiene predilección por un martillo y por un taladro, que utiliza la mayoría de los días de forma furtiva. No es que haya tenido una mañana llena de actividad, sino que a diario se limita a hacer un agujerillo y dar tres martillazos a las 9 y a las 16 horas. ¿Qué obra pretende realizar este ser maligno? Lo desconozco, y al ritmo que va tardará años.
Parece un arma, y lo es. |