domingo, 4 de agosto de 2013

De Zambia a Marte

En los años sesenta, la carrera espacial disputada entre EE. UU. y la URSS presenció un invitado sorpresa. Entre las dos superpotencias se coló una humilde nación africana que obtuvo la independencia del Reino Unido en 1964. Un lustro antes de la llegada de Armstrong y compañía a la Luna, desde Zambia ya planeaban nada menos que la colonización de Marte.

Edward Makuka Nkoloso, profesor de secundaria de ciencias y autoproclamado "Ministro del Espacio" de su país, preparaba desde principios de los sesenta la aventura espacial más extraordinaria jamás vista. Con un mecanismo derivado de la catapulta (ríete tú del cañón de Julio Verne en De la Tierra a la Luna), Nkoloso pretendía enviar un gran tonel dentro del cual se hallaría la tripulación. Dos gatos "especialmente entrenados" y doce humanos jóvenes, entre ellos una adolescente y un misionero, conformaban la expedición. 

Nkoloso vestido con capa y mostrando sus futuristas instalaciones.


El excéntrico profesor se había presentado a la alcaldía de la capital. Tras perder las elecciones, fundó, de manera extraoficial, la Academia Nacional de Ciencia, Exploración Espacial y Filosofía de Zambia, y convirtió una granja abandonada a unos diez kilómetros de Lusaka en su "cuartel general secreto". Los participantes, vestidos con monos grises y cascos del ejército británico, efectuaban unos ejercicios que nada tenían que envidiar al programa de la NASA. Rodar colina abajo dentro de un barril de aceite vacio para entrenarse en la sensación de ingravidez era una de estas exigentes pruebas. "También les hago trepar por una larga cuerda. Cuando han alcanzado la parte superior, corto la cuerda –esto produce una sensación de caída libre", explicaba el profesor.

Desde su base y gracias a la observación con telescopios, Nkoloso aseguró que el planeta rojo estaba habitado por unos moradores primitivos. Es por esto que permitió que un misionero participase en la misión, eso sí, con la condición de que no impusiese el cristianismo a los marcianos si éstos no deseaban convertirse. Todo estaba dispuesto, pues, para iniciar un proyecto que preveía que la joven Matha Mwambwa fuese el primer ser humano terrestre en pisar Marte.

"Nuestro conocimiento está ya seis o siete años por delante de América y Rusia", aseguraba el visionario africano. "He sabido desde hace mucho tiempo que los espías rusos están operando en Zambia. Sí, y también hay espías estadounidenses en la ciudad. Todos ellos están intentando capturar a Matha y a mis gatos. Quieren nuestros secretos del espacio". Por ello trató, sin éxito, de que el gobierno tomase medidas y encarcelara sin juicio previo a estos hipotéticos espías. Con una población de 3,6 millones de habitantes y menos de cien titulados universitarios, Zambia parecía ser la envidia del mundo científico.




Pero un gran obstáculo frenaba las aspiraciones de este grupo de aventureros: la falta de presupuesto, que impedía adquirir el combustible necesario para activar el mecanismo. Cual Cristóbal Colón, Nkoloso fue solicitando fondos en diversos organismos, entre ellos la UNESCO, a la que pidió 7 millones de dólares. Ni un centavo le fue entregado, y pasado el interés inicial, el gobierno de Zambia se desentendió de su proyecto.

Otro impedimento fue el comportamiento de la tripulación. "He tenido problemas con mis hombres y mujeres del espacio. Ellos no se concentrarán en el vuelo espacial: hay mucho sexo cuando deberían estar estudiando la Luna". Finalmente Matha quedó embarazada y sus padres se la llevaron de vuelta a su aldea. El resto de integrantes abandonó asimismo el proyecto y las instalaciones permanecen tal y como las dejaron.


El presente de los cohetes espaciales del profesor Nkoloso.

Un reportero de la revista Time que cubría la independencia de Zambia, presenció las quejas de Nkoloso por los festejos de la población, que interferían en sus planes. El reportero escribió: "Y aquí, en una granja abandonada no lejos de Lusaka, tenemos a un joven grupo de astronautas en ciernes que juegan a hacer entrar a Zambia en la carrera espacial. Sin embargo, para la mayoría de zambianos esa gente es sólo un puñado de chiflados. Y por lo que he visto hoy me inclino a estar de acuerdo".

Adjunto una traducción de un extraordinario artículo de opinión escrito por Nkoloso en 1964, días antes de la independencia del país africano, en el que da cuenta de todos sus planes:


¡Nos vamos a Marte!

Con una chica del espacio, dos gatos y un misionero

por Edward Makuka Nkoloso
Director de su propia "Academia de Ciencias y Tecnología Espacial"

Veo la Zambia del futuro como una Zambia de la edad espacial, más avanzada que rusia o América. De hecho, en mi Academia de Ciencias nuestro conocimiento está ya seis o siete años por delante de estas dos potencias. 
Ha sido mala suerte para Lusaka que yo no haya tenido la oportunidad de ser alcalde. Si hubiese resultado electo, la capital de Zambia se habría convertido rápidamente en otra París, cuando no en otra Nueva York. 
Pero no importa, ya tendremos nuestra París. 
Si hubiese dependido de mí, Zambia habría nacido con la explosión del cohete de la academia siendo lanzado al espacio. Pero el Comité de Celebración de la Independencia dijo que esto aterrorizaría a los vecinos y posiblemente a toda la población. Creo que ellos estaban preocupados por el polvo y el ruido. 

La tripulación, lista
Es una gran pena. Todo está preparado en nuestro cuartel general secreto en el valle a siete millas de Lusaka. El cohete podría haber sido lanzado desde el Estadio de la Independencia y Zambia habría conquistado Marte sólo unos pocos días después de la independencia. Sí, allí es donde pensamos ir –a Marte. 
Hemos estado estudiando el planeta a través de telescopios en nuestra base y estamos seguros de que Marte está habitado por primitivos nativos. 

Nuestra tripulación del cohete está lista. 
La especialmente entrenada chica del espacio Matha Mwambwa, dos gatos también especialmente entrenados y un misionero serán enviados en nuestro primer cohete. 
Pero he advertido al misionero que no debe forzar el cristianismo a los marcianos si ellos no quieren. 
Otra dificultad ha sido financiarnos. La UNESCO no ha respondido a nuestra petición de 7.000.000 £, y necesitamos ese dinero para nuestro programa espacial. Entonces podremos liderar el mundo de la ciencia. 
Creo que el Gobierno zambiano debería ayudar ahora que vamos a ser los guardianes del Séptimo Cielo del espacio interestelar. El Gobierno debe aprobar leyes fuertes para combatir los satánicos planes de nuestros enemigos.
He sabido desde hace mucho tiempo que los espías rusos están operando en Zambia. Sí, y también hay espías estadounidenses en la ciudad. 

Todos ellos están intentando capturar a Matha y a mis gatos. Quieren nuestros secretos del espacio. 
Esa gente debe ser arrestada de inmediato después de la independencia si quiero mantener mi liderazgo espacial. La detención sin juicio para todos los espías es lo que necesitamos. 
Por lo demás estoy contento con el Gobierno, pero debe animar a los jóvenes a unirse a la academia. 
Por el momento ellos han derribado el edificio de mi academia en Matero. Eso no es bueno. Espero que construyan modernos edificios en su lugar para proveernos de más oficinas. 
La capital de la nueva científica Zambia debe parecer hermosa. La gente de fuera no debe ver un suburbio como la capital del estado más avanzado científicamente del mundo. 
Los zambianos no son inferiores a nadie en tecnología espacial. Mis planes del espacio seguro se llevarán a cabo.


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