A Roma con amor
Woody Allen lleva más de tres décadas presentando una película con una frecuencia casi anual. Probablemente es este elevado ritmo el origen de la irregularidad en sus trabajos. "Una de cal y otra de arena" quizá sea la expresión que más se asocia con el director neoyorquino, y es que entre Match Point y Midnight in Paris Allen es capaz de engendrar también bodrios del calibre de Vicky Cristina Barcelona.
Al igual que ésta, A Roma con amor es un producto turístico deficiente que hace aguas por todos lados. La película abarca cuatro historias que se alternan pero son independientes, ya que sus argumentos no llegan a entrelazarse. En la primera, un matrimonio estadounidense viaja a la capital italiana para conocer a la familia del prometido de su hija. El principal atractivo de este segmento es un 'gag' sobre cantar bajo la ducha gracioso pero a la postre insuficiente.
Ni siquiera el personaje de Balwin está bien aprovechado. |
En la segunda trama, un italiano corriente encarnado por un encasillado Roberto Benigni (La vida es bella) se convierte en famoso súbitamente y sin ningún motivo. Esta crítica a la prensa rosa y a la creación de ídolos con pies de barro es desmesurada y pierde fuelle a medida que transcurren los minutos.
En la tercera historia se tratan las peripecias amorosas de un estudiante de arquitectura que conoce a una pretenciosa y en teoría atractiva actriz. Jesse Eisenberg (La red social) permanece con la misma expresión de idiota durante toda la cinta, y el personaje Ellen Page (Juno) es simple y llanamente una palurda y una petarda. Así es difícil que las cosas funcionen, por más que un correcto Alec Baldwin merodee alrededor de ellos en forma de conciencia. De nuevo se tiene la sensación de que la idea original podría haberse tratado con mayor profundidad y acierto.
Finalmente, en el cuarto fragmento un joven matrimonio de italianos de campo visita Roma. Ella conocerá el ambiente de rodaje de una película y a su actor predilecto, mientras que él se topará con la hipocresía de la aristocracia y con una prostituta interpretada por Penélope Cruz.
A Roma con amor es frívola y floja. Bajo la dirección de un Allen obsesionado por el adulterio intenta semejarse a una comedia ligera y costumbrista italiana de los años sesenta, pero el interés del espectador se diluye progresivamente. Resulta sorprendente el mal retrato que se hace de la Ciudad Eterna, plagado de estereotipos como la pasta, la ópera y los aspavientos de sus moradores. Los diálogos, habitual punto fuerte en los filmes del director estadounidense, carecen de chispa en esta ocasión. En pocas palabras, una comedia fallida y olvidable.
Puntuación: 4
T.O.: To Rome with Love. / EE.UU. / 2012 / Dirección: Woody Allen / Elenco: Jesse Eisenberg, Ellen Page, Roberto Benigni, Woody Allen, Penélope Cruz, Alec Baldwin / Género: Comedia / Duración: 102 minutos |
Suscribo la crítica. Es basura que ha sido disfrazada sin tino.
ResponderEliminarSe trata del bipolar Woody Allen, conocido en ocasiones como Bodrio Allen.
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