jueves, 15 de agosto de 2013

La inspiración menos lúcida

La hora más oscura


La invasión alienígena sobre la Tierra ha sido uno de los temas por excelencia en la historia del cine. Recolectar los recursos naturales, esclavizar a la especie humana y usar el planeta azul como un campo de entrenamiento militar son los motivos más comúnmente esgrimidos para justificar los ataques de origen extraterrestre. En La hora más oscura (2011) se presenta una novedad en el género, al plasmar a los invasores como entes luminosos capaces de desintegrar a sus enemigos.

Timur Bekmambetov, realizador de dos de las películas rusas más populares de la última década (Guardianes de la noche y Guardianes del día), produce esta cinta firmada por Chris Gorak. Esto explica por qué el escenario de la película es la majestuosa Moscú en sustitución de las habituales Nueva York o Washington. Hasta aquí uno puede pensar que será una película en cierto modo distinta, pero nada más lejos del detrito. Rápidamente afloran numerosos tópicos que desaprovechan lo que podría haber sido una película pasable y entretenida.


Pobres diablos. La próxima vez leerán antes el guión antes de
firmar un contrato para una película.

Un grupo de jóvenes estadounidenses merodea por la capital rusa cuando, súbitamente, descienden del cielo extrañas luces que arrasan con todo lo que encuentran. Tras una oleada de destrucción, los supervivientes discuten sobre cuál es la estrategia más adecuada: ocultarse, huir o enfrentarse a los alienígenas. Por el camino se encuentran con un científico loco (topicazo) que encuentra la forma de combatir a los invasores (al más puro estilo Cazafantasmas) y unos rudos soldados rusos (topicazo) que les prestarán su ayuda.

La ciudad moscovita, con sus grandiosos edificios y sus anchas calles, resulta un teatro excelente para el desarrollo de los acontecimientos de La hora más oscura, y visualmente es un producto más que decente. Sin embargo, las calamitosas interpretaciones del elenco liderado por Emile Hirsch (Hacia rutas salvajes) combinado con un guión mediocre producen un acabado bastante flojo. Mención especial a la nula reacción emocional ante la muerte de amigos y compañeros.

Planteo aquí una cuestión cinematográfica que me irrita profundamente: ¿tanto cuesta confeccionar personajes con los que se pueda empatizar, que simplemente no den asco? Encima, el personaje más idiota del grupo se va erigiendo en protagonista. Pasamos pues de una película de supervivencia (en la que quieres que los pobres protagonistas salven sus vidas) a una de exterminio (en la que quieres verlos sufrir lenta y dolorosamente). Casi da la impresión de que las personas sobran en este proyecto, porque sólo aportan en negativo: después de estar tres días encerrados, ni a los hombres les crece la barba ni a las mujeres se les desfigura el maquillaje. Una medalla para el caballero perfectamente engominado, eso sí que es fijador capilar de larga duración.

El cartel ya lo dice todo, hahahaha.


Otro de esos detalles que tocan las narices (para narices las de la moza protagonista) es que, antes de la llegada de las lucecitas, casi nadie habla inglés en Moscú. Después de barrer media ciudad, todos los que se cruzan con los estadounidenses, salvo una vieja albañil, conocen la lengua de Shakespeare. Selección natural, oiga.

Tal vez se destila una conquista del modo de vida estadounidense sobre Rusia, con enfoque sobre iconos de la talla de McDonald's o Pepsi y la típica salvación liderada por los yankis. Pero eso entra dentro de lo subjetivo, así que no le prestaremos mucha atención.



El tramo final, eso sí, es una auténtica basura. Como siempre, los monstruos malotes son terribles a principio de la película, pero conforme nos acercamos a los títulos de crédito van convirtiéndose en auténticos bobos. También debe suceder un imprevisto ridículo para poder alargar la cinta un cuarto de hora más (increíble lo que le sucede a doña narizotas).

Resumiendo, de La hora más oscura (¿a qué demonios alude el título si los bichos emiten luz?) esperas poco y aun así te decepciona.


Puntuación: 4



T.O.: The Darkest Hour. / EE.UU. / 2011 / Dirección: Chris Gorak / Elenco: Emile Hirsch, Olivia Thirlby, Max Minghella, Rachael Taylor, Joel Kinnaman / Género: Ciencia ficción / Duración: 89 minutos

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