Grigori Yefímovich Rasputín (1869–1916), conocido por el vulgo como "el Monje Loco", es sin duda uno de los pilares sobre los que se asienta la filosofía weinoriana.
Nacido en la aldea siberiana de Pokróvskoye, logró alcanzar la cima en la corte de San Petesburgo siendo analfabeto.
Rasputín destacó ya en su infancia, en la que se arrancaba los pañales. Raspu exhibió sus poderes sobrenaturales en episodios que contribuyeron a extender su leyenda. Por ejemplo, fue capaz de identificar al hombre que había robado un caballo a su padre sin haberlo visto anteriormente.
De naturaleza poco sociable y pendenciera (no hay que omitir nada, oh hermanos), tuvo problemas con la justicia por un hurto de caballos. Sin embargo, hay que decir que el campesino siberiano era un buen trabajador.
A la edad de 18 años, una visión de la Virgen lo llevó a convertirse en un místico. Ingresó en la secta cristiana conocida como los klistis (que significa "flagelantes"), de la que se hizo un acérrimo seguidor. La filosofía de este grupo se puede resumir en las palabras del propio Raspu: "Se deben cometer los pecados más atroces, porque Dios sentirá un mayor agrado al perdonar a los grandes pecadores". En las reuniones de esta secta tenían lugar orgías seguidas de flagelaciones, es decir, pecados seguidos de penitencia.
Rasputín se casó con Praskovia Fyodorovna Dubrovina en 1889, con la que engendró tres hijos. Además, tuvo otros hijos con otras mujeres (menudo golfo).
En 1901, se marchó de su región natal y se convirtió en peregrino. Estuvo dos años viajando por tierras eslavas, Grecia y Tierra Santa, adquiriendo conocimientos de historia, esoterismo, teosofía... Es de remarcar que su peregrinación a Jerusalén la realizó caminando hacia atrás. En 1903 vuelve de nuevo a Rusia. Se traslada a San Petersburgo, capital del Imperio, una vez expandida por todo el Imperio su fama de adivino y místico.
Pronto llamó la atención de la aristocracia y fue presentado a la zarina, quien le tuvo en gran estima. Se convirtió en el médico personal del zarevich Alexei Nicolaevich, ya que le proporcionaba una especie de "hipnosis curativa" a su hemofilia. Gracias a esas aparentemente milagrosas curaciones la zarina Alejandra confió ciegamente en el curandero. Poco a poco, la influencia de Rasputín le llevó a gobernar Rusia. El zar Nicolás II lo consideraba como un amigo y como un hombre sagrado, y seguía sus consejos.
Con el estallido de la Primera Guerra Mundial, el zar marchó al frente, por lo que su esposa se encargó de la dirección del Imperio. Fue entonces cuando realmente Rasputín obró a su antojo, nombrando como ministros a sus viciosos amigos. Su oposición a la guerra, basada en la idea de que en las guerras sólo sufren los mujiks o campesinos, motivó que fuese acusado de ser un espía alemán. Entonces empezó a fraguarse su terrible asesinato, del que hablaremos en el siguiente post. Además, se propagaron pérfidas calumnias acerca de su vida licenciosa y degenerada. Célebre fue la paliza que recibió de un obispo y un venerable monje, y más célebre la paliza que éstos recibieron por parte de las admiradoras de nuestro Grigori.
Rasputín con sus 'groupies'. |
Su carisma constaba de la suma de los siguientes factores: una mirada penetrante, un verbo fácil y calculadamente ambiguo, un poderoso físico, una aguda intuición y un vasto conocimiento de las Escrituras y de la filosofía klisti. Por otro lado, en la época de Rasputín predominaba el romanticismo filoeslavo, y al ser él un ruso de la profunda Siberia, era un atractivo espectáculo para los nobles, muy emparentados con la aristocracia europea. Solía decirles: "No tenéis una sola gota de sangre rusa". Todo un espectáculo, vaya.
A continuación, recogemos algunas de sus profecías o predicciones:
Sobre la contaminación extrema:
"El aire que hoy desciende a nuestros pulmones para llevar la vida, llevará un día la muerte. Y llegará el día en que no habrá montaña ni colina; no habrá mar ni lago que no sean envueltos por el hálito fétido de la Muerte. Y todos los hombres respirarán la Muerte, y todos los hombres morirán a causa de los venenos suspendidos en el aire"
"Los venenos abrazarán la Tierra como un amante fogoso. Y en el mortal abrazo, los cielos tendrán el hálito de la muerte y las fuentes no darán más que aguas amargas, y muchas de estas aguas serán más venenosos que la sangre podrida de la serpiente. ( contaminación ambiental, en especial la industria química ) Los hombres morirán a causa de las aguas y del aire; pero se dirá que han muerto del corazón y de los riñones. Y las aguas amargas infestarán los tiempos como lo cicuta. Las aguas amargas parirán los tiempos amargos."
Sobre las guerras mundiales:
"Y cuando los dos fuegos sean apagados, un tercer fuego quemará las cenizas. Pocos hombres y pocas cosas quedarán; pero lo que quede deberá ser sometido a una nueva purificación, antes de entrar en el nuevo paraíso terrestre"
Pero, sobre todo, su mejor predicción fue la siguiente, pues se cumplió al dedillo:
"Siento que debo morir antes del año nuevo. Quiero hacer presente, no obstante, al pueblo ruso, al Padre, a la Madre de Rusia y a los Muchachos, que si yo soy asesinado por comunes asesinos, y especialmente por mis hermanos aldeanos rusos, tú, Zar de Rusia, no tengas miedo, permanece en tu trono, gobierna y no temas por tus Hijos, porque reinarán por otros cien o más años. Pero si soy asesinado por los nobles, sus manos quedarán manchadas por mi sangre y, durante veinticinco años, no podrán sacarse de la piel esta sangre. Ellos deberán abandonar Rusia. Los hermanos matarán a los hermanos; ellos se matarán entre si. Y durante veinticinco años, no habrá nobles en el País. Zar de la tierra de Rusia, si tú oyes el tañido de las campanas, que te anuncian que Grigori ha sido asesinado, debes saber esto: Si han sido tus parientes quienes han provocado mi muerte, entonces ninguno de tu familia, o sea ninguno de tus hijos o de tus parientes, quedará vivo durante más de dos años. Ellos serán asesinados por el pueblo ruso... ¡Rogad, rogad, sed fuertes, pensad en vuestra bendita familia!".
¿Por qué ha sido tan notorio el interés, en mancillar su reputación?.
ResponderEliminarporque Rasputín no era revolucionario ni quería la guerra
EliminarCiertamente, como buen campesino Raspu consideraba que la guerra beneficiaba a la casta dominante en perjuicio del pueblo llano.
EliminarEnvidia cochina, hermano.
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