lunes, 30 de noviembre de 2015

A lo grande

Grand Theft Auto: San Andreas


Historia

Ya comentamos que Vice City supuso una mejora de la fórmula planteada en GTA III sin grandes revoluciones. Con una trama más continua, unos gráficos ligeramente mejorados y un puñado de novedades en la jugabilidad, la cuarta entrega de la franquicia se ganó el favor de millones de jugadores. La verdadera evolución dentro de la saga, sin embargo, llegaría en 2004 con San Andreas.

Rockstar volvió a basar su último Grand Theft Auto en un protagonista carismático que empieza desde un decrépito ghetto para acabar conquistando no ya una ciudad, sino un estado entero. Los Ángeles, San Francisco y Las Vegas tienen aquí su réplica a escala, aunque GTA sale de la jungla de hormigón por primera vez para adentrarse en vastas zonas rurales.

GTA vuelve a cambiar de aires.

La pandilla de Carl Johnson necesita un líder que la defienda.

Carl Johnson, CJ para sus amigos, regresa a Los Santos en 1992 tras enterarse del asesinato de su madre en un tiroteo. Las cosas han cambiado mucho en su ciudad natal en tan sólo cinco años. Su antigua banda, las Grove Street Families, se halla contra las cuerdas por la pujanza de las pandillas rivales y el consumo de crack.

CJ entra de lleno en un mundo en el que las esferas de poder están controladas por mafias, policías corruptos, narcotraficantes, agentes de la CIA y estrellas del rap. Más o menos lo de siempre, pero el juego sobresale por la abundancia de situaciones hilarantes y la confección de unos personajes inolvidables. Un hippie paranoico, un proxeneta arrogante y chapucero, un líder de una triada ciego que intenta disimular su discapacidad... Las risas y los giros de guión están garantizados.

San Andreas presenta continuas referencias a los juegos anteriores, de forma que nos volvemos a cruzar, entre otros, a Ken Rosenberg, Claude y a la histriónica y bipolar Catalina. También entronca con sucesos reales como los disturbios de Los Ángeles de 1992.

Más loca que nunca, Catalina vuelve a nuestras vidas.

Los escenarios de San Andreas nos dejarán boquiabiertos.


Jugabilidad

150 misiones, 250 modelos de vehículos, un mundo abierto seis veces mayor que el de Vice City... Rockstar tiró la casa por la ventana para conceder al jugador una libertad desconcertante. Nosotros decidimos cuándo nos enfrentamos a las misiones, sabiendo que la superación de las mismas es la llave a nuevas zonas del mapa.

San Andreas ofrece la combinación clásica de conducción y disparos en tercera persona. Disfrutaremos enormemente tanto a pie como al volante, gracias a las mejoras introducidas en ambas facetas.  Por fin podemos olvidarnos del miedo al agua, porque CJ sabe nadar y bucear.  El amplio catálogo de vehículos, por su parte, nos permitirá recorrer el estado por tierra, mar y aire.

Se acabó el temor al agua. 

Pedaleando para estar en forma.


La capacidad de personalizar al protagonista es, sin duda, uno de los mayores atractivos del título. El peso, el estado de forma, los tatuajes, la vestimenta, los estilos de lucha... Frecuentaremos restaurantes, gimnasios y tiendas de ropa para tener a un personaje tal y como lo queremos. El manejo en la conducción y en cada una de las armas cuenta además con una barra de progreso que nos lo irá poniendo todo más fácil.

En el universo de San Andreas encontramos también novias potenciales con las que podremos organizar citas y el habitual abanico de oficios a desempeñar con algunos añadidos, desde el taxista hasta el policía, pasando por minero y ladrón. Carreras ilegales, casas de apuestas, casinos, máquinas recreativas... Perderse y distraerse en este Grand Theft Auto es más fácil que nunca, y no sólo saliendo a armarla bien gorda.

Se puede cambiar de peinados, ropa y tatuajes cuando se quiera.

Aprenderemos a volar en una autoescuela.


Entre saltos en paracaídas, robos de cosechadoras y lecciones de autoescuela, hay otro elemento que caracteriza a este videojuego: la guerra de bandas. Aquí no sólo tomamos partido por un bando, sino que literalmente conquistamos una ciudad a balazo limpio barrio por barrio. El nivel de respeto alcanzado por CJ le permite reclutar colegas que defiendan el territorio de las Grove Families o traten de conquistar zonas controladas por las pandillas rivales.

Las mecánicas básicas de la franquicia, como las persecuciones policiales o los objetos coleccionables, están lógicamente presentes y mejoradas. Hay fases de sigilo y de disparos en primera persona que rompen una hipotética monotonía que nunca llega. Las misiones, que ofrecen unas cincuenta horas de diversión, exhiben grados de dificultad muy variados.

Todo es a lo grande.

Que cunda el pánico.


Cuestiones técnicas

Pese a anteponer la fluidez y la jugabilidad al realismo, lo cierto es que el trabajo gráfico es deslumbrante. Los entornos se muestran ostensiblemente vivos, con individuos huyendo de la policía, accidentes de tráfico o palabras procaces de los viandantes. El personaje principal no se queda corto y contribuye a la inmersión con profusos comentarios.

El mapa concentra espacios muy variados. En Los Santos encontramos el contraste entre barrios pobres llenos de grafitis y suntuosas mansiones de las colinas; en San Fierro, calles empinadas, un tranvía atolondrado y banderas del arcoiris; en Las Venturas, noches iluminadas por las luces de neón de los casinos. Entre los extensos espacios urbanos tenemos montañas, desierto, granjas, autopistas... todo un micromundo por descubrir.

Las calles inclinadas de San Fierro.

Las personas únicas van a contracorriente...


La ambientación es sensacional y muy coherente, como es de esperar. Limusinas y trajes se pasean junto a los rascacielos, tractores y camisas a cuadros deambulan por el campo y horteras disfraces de Elvis animan la caricatura de Las Vegas. Todo está calculado al detalle y funciona estupendamente.

Rockstar potencia todo lo visto en Vice City, con físicas y modelados mejores. Tan sólo a una poco trabajada vegetación le encontramos pegas, pero es un detalle que se disuelve en la vastedad del conjunto. Del audio se ha de destacar el superlativo elenco de voces (algunas de la talla de Samuel L. Jackson) y una amalgama musical en la que se integran Toto, The Who, Snoop Dogg, Black Sabbath o los Statler Brothers.

Unos parajes desérticos de película.

Guiño a Tommy Vercetti, protagonista de Vice City, en una tienda de miniaturas.


Conclusión

Grand Theft Auto siempre ha buscado ser un ejemplo de libertad, y San Andreas lo consiguió a unos niveles insospechados. La franquicia volvió a subir un peldaño con esta entrega, una de esas que sitúan el listón inalcanzable para su sucesora. Videojuego imprescindible y obra enorme en todos los sentidos.


Puntuación: 10

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