Sicario
Hay fronteras que están muy claras, como ésa que separa a Estados Unidos de México y que cuenta con un muro de cientos de kilómetros de longitud. Otros límites, en cambio, no son siempre tan evidentes, como aquellos que distinguen entre lo que está bien y lo que está mal. El canadiense Denis Villeneuve (Prisioneros, Incendies) juega con lo difuso de estas líneas en Sicario, su última película.
Una agente del FBI que opera en Arizona es reclutada por una fuerza de élite del gobierno para luchar contra el narcotráfico. A partir de entonces participa en una serie de operaciones clandestinas en las que, para su desazón, nunca se le informa adecuadamente de lo que está pasando.
El filme de Villeneuve empieza con una impactante secuencia y se las arregla para mantener siempre esa tensión a lo largo de dos horas. Emily Blunt es el vehículo al que se monta el espectador para desconfiar de la ambigüedad de Benicio Del Toro y Josh Brolin. Los tres son estupendos catalizadores de tensión en este viaje a las cloacas de una guerra oculta.
Sicario regala escenas inteligentemente construidas y memorables, como una vibrante incursión en territorio mexicano, la ya citada pieza inicial o una secuencia rodada con visión nocturna. El trabajo técnico es asimismo apabullante, con especial mención a los tonos áridos y los planos aéreos de la fotografía de Roger Deakins. La banda sonora del islandés Jóhann Jóhansson desempeña un papel muy importante al acentuar permanentemente la intensidad de la cinta.
El conflicto entre los gobiernos y los señores de la guerra aparece presentado en forma de 'thriller', prescindiendo de todo intento de ahondar en causas o profundizar sobre el tema. El ritmo, la puesta en escena, las interpretaciones y el poderío visual consiguen salvar un desenlace que peca de poco elaborado en lo narrativo.
En líneas generales, satisfactoria y recomendable.
Una agente del FBI que opera en Arizona es reclutada por una fuerza de élite del gobierno para luchar contra el narcotráfico. A partir de entonces participa en una serie de operaciones clandestinas en las que, para su desazón, nunca se le informa adecuadamente de lo que está pasando.
Blunt se alista en la guerra contra el narcotráfico. |
El filme de Villeneuve empieza con una impactante secuencia y se las arregla para mantener siempre esa tensión a lo largo de dos horas. Emily Blunt es el vehículo al que se monta el espectador para desconfiar de la ambigüedad de Benicio Del Toro y Josh Brolin. Los tres son estupendos catalizadores de tensión en este viaje a las cloacas de una guerra oculta.
Sicario regala escenas inteligentemente construidas y memorables, como una vibrante incursión en territorio mexicano, la ya citada pieza inicial o una secuencia rodada con visión nocturna. El trabajo técnico es asimismo apabullante, con especial mención a los tonos áridos y los planos aéreos de la fotografía de Roger Deakins. La banda sonora del islandés Jóhann Jóhansson desempeña un papel muy importante al acentuar permanentemente la intensidad de la cinta.
El conflicto entre los gobiernos y los señores de la guerra aparece presentado en forma de 'thriller', prescindiendo de todo intento de ahondar en causas o profundizar sobre el tema. El ritmo, la puesta en escena, las interpretaciones y el poderío visual consiguen salvar un desenlace que peca de poco elaborado en lo narrativo.
En líneas generales, satisfactoria y recomendable.
Puntuación: 7
T.O.: Sicario / EE.UU. / 2015 / Dirección: Denis Villeneuve / Elenco: Emily Blunt, Benicio Del Toro, Josh Brolin, Daniel Kaluuya, Jon Bernthal / Género: Suspense / Duración: 121 minutos |
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