Hamilton toma impulso con un plácido triunfo en Rusia

Lewis Hamilton completó un fin de semana de ensueño en el angulado Autódromo de Sochi con su cuarta victoria consecutiva, novena de la temporada. El campeón de 2008 volvió a sumar más puntos que su único rival, Nico Rosberg. El germano cometió un error en la salida que le obligó a pasar por boxes en la segunda vuelta. Sin embargo, Rosberg supo enmendar su fallo escalando hasta cruzar la meta en segunda posición. Con este nuevo doblete, Mercedes se proclama, ya de forma matemática, campeón del mundial de constructores. Valtteri Bottas completó el podio tras una buena actuación.

Rosberg arrancó bien hasta emparejarse con Hamilton, pero en la frenada bloqueó los frenos de forma brusca y prolongada. El alemán se saltó la curva y devolvió la primera posición a su compañero. Las vibraciones ocasionadas por los planos de los neumáticos delanteros le obligaron a cambiar ruedas en el acto. Quedaban por delante más de cincuenta vueltas, y Mercedes le manifestó a su piloto la sorprendente intención de no detenerse más. Una degradación asombrosamente baja en los compuestos elegidos por Pirelli para el Gran Premio de Rusia permitió el éxito de esta estrategia improvisada.

El patinazo de Rosberg sirvió la victoria de Hamilton en bandeja.

Vergne y Magnussen sí que realizaron una buena salida, a diferencia del héroe local Kvyat. Así las cosas, en el segundo giro la posición de los diez primeros pilotos era como sigue: Hamilton, Bottas, Button, Alonso, Vergne, Magnussen, Vettel, Ricciardo, Kvyat y Räikkönen. Hamilton trataba de escaparse de Bottas sin demasiado éxito, mientras que Button estaba más pendiente de mirar a Alonso por el retrovisor para defender su podio. Los Toro Rosso fueron perdiendo fuelle en favor de Magnussen y los Red Bull, y la remontada de Rosberg empezó a ser fulminante.

Ricciardo fue el primero del grupo de cabeza en pasar por boxes. Fue en la vuelta 12, en la misma que Chilton se retiraba por avería y ponía punto final a la difícil participación de Marussia en el Gran Premio de su país. Para entonces la prueba se había estabilizado, sin verdaderas peleas en las primeras posiciones. El resto de pilotos tardarían bastante más en cambiar neumáticos, entre el giro 23 y el 30 en el caso de los favoritos. Alonso sufrió  un problema con el gato que le haría perder no sólo la estela de Button, sino también la cuarta posición con Magnussen. Vettel ingresó a la pista por detrás de su compañero.

Unos neumáticos duros de roer
Las escuderías sabían que la carrera en Sochi iba a ser cuestión de una sola parada, pero el comportamiento de las ruedas fue harto insólito: Rosberg mejoraba sus registros vuelta tras vuelta sin temor al desgaste. Tanto fue así que, tras la ronda de paradas del resto de pilotos, el alemán se colocó tercero por detrás de Hamilton y Bottas. En un abrir y cerrar de ojos despachó con facilidad al finlandés de Williams, consiguiendo lo que pocos hubieran previsto. Rosberg había recuperado la segunda posición en apenas media carrera.

Lo cierto es que en la segunda mitad de la prueba las batallas en la zona de puntos brillaron por su ausencia. Ricciardo hizo lo posible por acercarse a Alonso, llegando a ser su sombra en el giro 40 pero sin intentar realmente el adelantamiento. El foco de atención se encontraba en una peculiar pugna a tres bandas por la vuelta rápida: Hamilton, el incombustible Rosberg y Bottas pintaron de morado la tabla de tiempos continuamente, y finalmente fue el germano quien se llevó la marca con unos neumáticos con los que había rodado durante más de cincuenta vueltas.

Los pilotos llegaron a la meta con acusados espacios entre ellos. Hamilton, Rosberg y Bottas ocuparon un podio cantado desde la vuelta 31, con lo que la ventaja del líder del Mundial sobre su inmediato perseguidor se amplía hasta los 17 puntos. Los McLaren de Button y Magnussen fueron seguidos de Alonso, Ricciardo y Vettel, que nuevamente fue más lento que el australiano. Las plazas de puntos fueron completadas por Räikkönen y Pérez.