martes, 27 de agosto de 2013

Anhelando el Elíseo

Elysium


El desarrollo de los efectos especiales ha reorientado la producción cinematográfica en la misma dirección que tomó en sus inicios, esto es, en el espectáculo puro. El volumen de las películas cuya existencia no se concebiría sin los medios tecnológicos actuales crece progresivamente. Con el apoyo del público, por supuesto, que cada vez más concibe la sala de cine como un espacio dedicado a los apabullantes filmes de acción.

El otro día contemplé Elysium (2013), el segundo largometraje del sudafricano Neil Blomkamp. Al igual que en Distrito 9, que contaba con una alegoría del apartheid y del racismo por extensión, se plasma aquí un conflicto social a partir de una historia de ciencia ficción. La lucha de clases se radicaliza hasta un punto en el que sólo unos pocos privilegiados viven en una opulenta estación espacial, mientras que el grueso de la humanidad puebla una Tierra llena de suburbios. Por un cúmulo de sucesos, Max (Matt Damon), un terrícola corriente, tratará de conseguir la igualdad de derechos para todos los humanos.

Ni la radiación ni las puñaladas en el hígado mermarán a Don Limpio.

miércoles, 21 de agosto de 2013

Otra de ladrones

La trampa


Desconozco qué sucede por la mente de los programadores de televisión, pero últimamente proliferan las películas de robos y atracos. Tal vez sea un intento de reflejar la actualidad de un país cuyo mediocre cine está obsesionado con la II República y la Guerra Civil.

En esta ocasión hablaremos brevemente de La trampa (1999), una de las postreras apariciones del mítico Sean Connery en la gran pantalla. Jon Amiel dirige esta pasable cinta orientada al espectáculo y el entretenimiento.

El dúo protagonista.

jueves, 15 de agosto de 2013

La inspiración menos lúcida

La hora más oscura


La invasión alienígena sobre la Tierra ha sido uno de los temas por excelencia en la historia del cine. Recolectar los recursos naturales, esclavizar a la especie humana y usar el planeta azul como un campo de entrenamiento militar son los motivos más comúnmente esgrimidos para justificar los ataques de origen extraterrestre. En La hora más oscura (2011) se presenta una novedad en el género, al plasmar a los invasores como entes luminosos capaces de desintegrar a sus enemigos.

Timur Bekmambetov, realizador de dos de las películas rusas más populares de la última década (Guardianes de la noche y Guardianes del día), produce esta cinta firmada por Chris Gorak. Esto explica por qué el escenario de la película es la majestuosa Moscú en sustitución de las habituales Nueva York o Washington. Hasta aquí uno puede pensar que será una película en cierto modo distinta, pero nada más lejos del detrito. Rápidamente afloran numerosos tópicos que desaprovechan lo que podría haber sido una película pasable y entretenida.


Pobres diablos. La próxima vez leerán antes el guión antes de
firmar un contrato para una película.

lunes, 12 de agosto de 2013

A serbian madness

A serbian film


Para maximizar la grata experiencia de ver una película, no hay nada como ignorar por completo el argumento (no digamos ya el tráiler). Con el conocimiento de un vago título uno se adentra en una cinta como si de los misterios eleusinos se tratase. Esto tiene sus riesgos, por supuesto, y puedes acabar viendo una bazofia descomunal por no haber tomado medidas previas. En cualquier caso, así es como fui a dar con la polémica A serbian film (2010), criatura del realizador Srdjan Spasojevic.

De esta obra únicamente sabía que había tenido algunos problemas con la censura, y al topármela completa y subtitulada por Youtube, me lo tomé como una invitación enviada por el hado. Al parecer A serbian film ha suscitado náuseas y gran indignación por doquier, pero para mí ni tan siquiera ha logrado eso. ¿Se trata, pues, de una provocación barata y frustrada? Veamos.

 No quieras saber cómo termina esta escena.

viernes, 9 de agosto de 2013

Ahora no me quieres ver

Ahora me ves


A pesar de que la cartelera esté saturada de porquería, a la gente le sigue apeteciendo ir al cine. Así es como me arrastraron a ver el último despropósito de Louis Leterrier (su último antecedente penal fue Furia de Titanes). Ahora me ves (2013), que pretende combinar el impacto de otras películas recientes de magos como (El ilusionista o El truco final) con la atmósfera de Ocean's Eleven, resulta una cinta absurda y a veces ridícula.

Un grupo de magos, 'los Cuatro Jinetes' (¿?) que ejecutan grandes robos durante sus funciones traen de cabeza a un equipo del FBI. Los ilusionistas arrojan el dinero robado a su público, y efectúan sus hurtos de un modo inexplicable. Paralelamente, un programa de televisión les seguirá la pista para tratar de explicar los trucos.


El cuarteto de ilusionistas que no protagonizan este filme.

jueves, 8 de agosto de 2013

Un encuentro previsto

Mi encuentro con Marilou


Mi encuentro con Marilou (2012) es una de esas películas en las que el espectador ya sabe lo que va a ver, y por consiguiente ni se va a sorprender ni recibirá una decepción. El cineasta francés Jean Becker, que deslumbró hace unos años con cintas de la calidad de Dejad de quererme, lleva en la actualidad una trayectoria discreta. Tras la amable Mis tardes con Margueritte le llega el turno a una historia que recrea el encuentro de dos personas aparentemente opuestas pero que no son tan diferentes.

Un consolidado pintor sexagenario se halla sumido en una profunda depresión. Ha colgado los pinceles y se pasa el día pegado al televisor. Su desazón llega a un punto que decide escapar de una vida en teoría perfecta y deseable. Sin equipaje ni destino determinado, abandona su casa. Por casualidad se cruza con Daniela, una adolescente repudiada por su familia, y ambos se refugian un en una casita al borde de la playa hasta lograr recuperarse de sus problemas. 

Dos personas extraviadas conviven y se reconfortan.

lunes, 5 de agosto de 2013

De cazador a presa

Headhunters


El cine nórdico de suspense ha despertado un gran interés desde la irrupción de la saga Millennium. Ese contraste entre la sociedad más avanzada del mundo y los sórdidos secretos que ésta oculta ambientado en paisajes naturales fríos e implacables ha dado origen a películas como la que hoy nos ocupa, Headhunters (2011). El noruego Morten Tyldum emprende un filme de suspense que ilustra muy bien los rasgos característicos de este cine en boga.

El popular actor noruego Aksel Hennie encarna a Roger, un ejecutivo que trabaja de cazatalentos para las grandes empresas lleva una doble vida. Públicamente, es un 'yuppie' de éxito que lleva una vida opulenta. Tiene una reputación intachable, una esposa de apariencia de modelo, una costosa mansión, juega al squash, etc. En privado, se dedica a robar obras de arte de sus presuntuosos clientes para mantener su elevado nivel de vida.


La elección del elenco es muy acertada.

domingo, 4 de agosto de 2013

De Zambia a Marte

En los años sesenta, la carrera espacial disputada entre EE. UU. y la URSS presenció un invitado sorpresa. Entre las dos superpotencias se coló una humilde nación africana que obtuvo la independencia del Reino Unido en 1964. Un lustro antes de la llegada de Armstrong y compañía a la Luna, desde Zambia ya planeaban nada menos que la colonización de Marte.

Edward Makuka Nkoloso, profesor de secundaria de ciencias y autoproclamado "Ministro del Espacio" de su país, preparaba desde principios de los sesenta la aventura espacial más extraordinaria jamás vista. Con un mecanismo derivado de la catapulta (ríete tú del cañón de Julio Verne en De la Tierra a la Luna), Nkoloso pretendía enviar un gran tonel dentro del cual se hallaría la tripulación. Dos gatos "especialmente entrenados" y doce humanos jóvenes, entre ellos una adolescente y un misionero, conformaban la expedición. 

Nkoloso vestido con capa y mostrando sus futuristas instalaciones.

sábado, 3 de agosto de 2013

El sabor de la sandez

El sabor de la sandía


Pocos conceptos generan desasosiego mayor que la expresión "película de culto", capaz de englobar desde obras brillantes e irrepetibles a auténticas deyecciones en formato audiovisual. Con El sabor de la sandía (2005), el taiwanés Tsai Ming-liang toma la segunda senda y ofrece un singular delirio.

El contexto general del argumento es el siguiente: una intensa y pertinaz sequía asola Taiwán, a cuyos habitantes se les aconseja consumir sandía y el zumo de esta fruta ante la escasez del agua. A partir de ahí se desarrolla una mezcolanza de comedia, drama, pornografía e incluso números musicales. Este tótum revolútum, lejos de epatar, confunde al espectador.

Una de las escenas musicales, en las que el protagonista se convierte en un tritón o sireno.

viernes, 2 de agosto de 2013

A Roma con desdén

A Roma con amor


Woody Allen lleva más de tres décadas presentando una película con una frecuencia casi anual. Probablemente es este elevado ritmo el origen de la irregularidad en sus trabajos. "Una de cal y otra de arena" quizá sea la expresión que más se asocia con el director neoyorquino, y es que entre Match Point y Midnight in Paris Allen es capaz de engendrar también bodrios del calibre de Vicky Cristina Barcelona.

Al igual que ésta, A Roma con amor es un producto turístico deficiente que hace aguas por todos lados. La película abarca cuatro historias que se alternan pero son independientes, ya que sus argumentos no llegan a entrelazarse. En la primera, un matrimonio estadounidense viaja a la capital italiana para conocer a la familia del prometido de su hija. El principal atractivo de este segmento es un 'gag' sobre cantar bajo la ducha gracioso pero a la postre insuficiente.


Ni siquiera el personaje de Balwin está bien aprovechado.

jueves, 1 de agosto de 2013

Delirio sobre una rueda

Rubber


De vez en cuando me apetece contemplar majaderías ajenas en un intento de convencerme de que no soy tan distinto a los demás seres humanos (me gusta el calabacín, qué le voy a hacer). En esos días indago en busca de una película cuyo argumento parezca una completa pendejada, y así di con Rubber, obra del francés Quentin Dupieux (que no sé quién es). El protagonista de esta película participante en el Festival de Sitges de 2010 es un neumático, pero no un neumático cualquiera.


La interpretación del neumático es digna de encomio.