En la oscura y fría noche del 29 de diciembre de 1916, tuvo lugar en San Petesburgo uno de los hechos más singulares que recoge la historia. Ese día, nuestro amigo y maestro Grigori Yefímovich Rasputín perdió la vida.
Hay que decir que el primer intento de asesinato que sufrió Rasputin lo llevó a cabo una prostituta fanática inspirada por el monje Iliodor, un antiguo amigo de Rasputin totalmente disgustado con su actitud en los últimos tiempos. La mujer le causó graves heridas en el abdomen, y convencida de su éxito grito "He matado al anticristo". Pero Rasputin superó lo que en principio parecía una herida mortal tras pasar por varias operaciones. Entonces empezó a alimentarse el mito de que Rasputín no moriría jamás.
Volvamos a diciembre de 1916. En la conspiración participaron, al menos, el príncipe Félix Yusúpov, el Gran Duque Demetrio Románov (primo del zar Nicolás II), el político Vladímir Purishkévich y el espía británico Oswald Rayner. Menudo cuarteto de truhanes, oh hermanos.