Banda aparte
La temprana hegemonía comercial establecida por Estados Unidos en el terreno cinematográfico provocó que la producción europea fuera más propensa a probaturas y movimientos de vanguardia. Los jóvenes cineastas de la Nouvelle vague apostaron, desde finales de los años cincuenta, por la experimentación formal. Así, Jean-Luc Godard (Al final de la escapada, Pierrot el loco) introdujo en sus películas recursos técnicos novedosos que rompían con lo convencional.
En Banda aparte (1964), Godard cuenta la historia de dos jóvenes ociosos que conocen a Odile, una muchacha muy inocente, durante una clase de inglés en una academia. Los tres acuerdan llevar a cabo el robo de una importante suma de dinero propiedad de la tía de Odile, en cuya casa se aloja la chica.
Godard pretende rendir tributo al cine negro estadounidense en una película que aúna comedia, drama y hasta suspense. Los personajes principales, que ven la vida como un juego, quieren ser gángsteres o pilotos de carreras. Actúan temeraria y despreocupadamente, conversando sobre trivialidades y acometiendo ocurrencias.
Es esta actitud la que depara escenas extravagantes y memorables como aquélla en la que los protagonistas atraviesan los paseos del Louvre a la carrera para superar el récord de la visita más breve o el minuto de silencio que guardan en una cafetería, durante el cual se suprime todo el audio de la cinta.
Quitando estas pequeñas locuras, lo cierto es que Banda aparte presenta un ritmo lento y un tono lánguido, además de uno de los robos más irrisorios de la historia del cine. Como detalle peculiar, Godard incorpora una voz en off que describe los sentimientos de los personajes.
Entre fanfarronerías juveniles y diálogos banales, la cinta francesa va transcurriendo la hora y media de metraje. Tiene cosas interesantes pero tampoco es que albergue un aspecto brillante que invite a un segundo visionado.
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| El trío protagonista en una cafetería. |
Godard pretende rendir tributo al cine negro estadounidense en una película que aúna comedia, drama y hasta suspense. Los personajes principales, que ven la vida como un juego, quieren ser gángsteres o pilotos de carreras. Actúan temeraria y despreocupadamente, conversando sobre trivialidades y acometiendo ocurrencias.
Es esta actitud la que depara escenas extravagantes y memorables como aquélla en la que los protagonistas atraviesan los paseos del Louvre a la carrera para superar el récord de la visita más breve o el minuto de silencio que guardan en una cafetería, durante el cual se suprime todo el audio de la cinta.
Quitando estas pequeñas locuras, lo cierto es que Banda aparte presenta un ritmo lento y un tono lánguido, además de uno de los robos más irrisorios de la historia del cine. Como detalle peculiar, Godard incorpora una voz en off que describe los sentimientos de los personajes.
Entre fanfarronerías juveniles y diálogos banales, la cinta francesa va transcurriendo la hora y media de metraje. Tiene cosas interesantes pero tampoco es que albergue un aspecto brillante que invite a un segundo visionado.
Puntuación: 6
| T.O.: Bande à part / Francia / 1964 / Dirección: Jean-Luc Godard / Elenco: Anna Karina, Claude Brasseur, Sami Frey, Louisa Colpeyn, Chantal Darget, Ernest Menzer / Género: Comedia / Duración: 95 minutos |
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