martes, 11 de agosto de 2009

Platillo volante

Hermanos, hoy no os hablaré acerca de marcianitos y demás estupideces, sino que trataré un tema un poco más serio. A continuación referiré algunas citas célebres que pueden resultar efectivas si se sigue su sabio consejo.

No abras los labios si no estás seguro de que lo que vas a decir es más hermoso que el silencio.
(Proverbio árabe)

Si los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas y una sola lengua es porque se debe escuchar y mirar dos veces antes de hablar.
(Madame de Sevigné)

El saber y la razón hablan, la ignorancia y el error gritan.
(Graf, Arthur)

También el silencio es una opinión a veces.
(Anonimo)

El joven conoce las reglas, pero el viejo las excepciones.
(Holmes, Oliver Wendell )

Pensamientos tontos los tenemos todos, pero el sabio se los calla.
(Wilhelm Bush)

Como habréis podido comprobar, la mayoría de estas oraciones se refiere a la insensata actitud de romper el silencio para decir una memez. Esto es, si no tienes algo realmente digno de decirse o mínimamente interesante, será mejor que cierres la puta boca, pedazo hijo de la gran puta. Oh, disculpad mi exaltado ánimo.

No obstante (como era de suponer), no todos han seguido estos maravillosos consejos. Un ejemplo de esto lo tenemos en nuestro querido filósofo-mierdósofo Platón, también conocido (en su pueblo) como el tío Pep o Platoncillo Volante. A continuación os presento una de sus muchas gilipolleces revestidas con gran falsedad de una supuesta sapiencia.

El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos.

Ja, ja, ja, ja, ja. No había leído tantas idioteces desde que leí mi penúltimo post. Todas estas majaderías no habrían tenido lugar si el antiguo sistema social ateniense hubiera sido distinto, pues en él los esclavos y los extranjeros realizaban todo el maldito trabajo a excepción de la política. Por ende, los ciudadanos se pasaban el día tocándose los genitales, y así surgieron algunos charlatanes dementes como nuestro Platón o su papaíto Sócrates. Ellos pensaron ``Oye, no tenemos nada que hacer, ¿por qué no nos inventamos un buen saco de mierda pedante para hacernos los sabios y así ganarnos una buena reputación?´´.



Y lo triste de esto, hermanos, es que la jugada les salió bien. Durante mucho tiempo vertieron al resto del mundo su basura pseudointelectual, e incluso obtuvieron grandes beneficios gracias al merchandising (mecheros, camisetas con sus estúpidos lemas, pósters del Mito de la Caverna, llaveros, politonos con sus majaderías a ritmo musical...).

Pero bueno, al fin y a la postre, todos sabemos lo que Platón era realmente: un mierda pasado por agua. Le dedicaría un par de epitafios más a este puerco inmundo hijo de una cobaya y una alcachofa, pero preferiría no aburriros. En vez de eso terminaré este post mencionando otras valiosas píldoras de sabiduría auténtica.

No os toméis la vida demasiado en serio; de todas maneras no saldréis vivos de ésta.
(Bernard Fontenelle)

Con veinte años todos tienen el rostro que Dios les ha dado; con cuarenta el rostro que les ha dado la vida y con sesenta el que se merecen.
(Albert Schweitzer)

Ojo por ojo, y el mundo acabará ciego.
(Mahatma Gandhi)

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