Están Descartes, Luis XIV de Francia, Napoleón y Petit Suisse jugando a cartas. Le toca repartir a Descartes. No obstante, éste se dedica a lanzar los naipes al suelo, uno por uno.
-¿Pero qué mierda estás haciendo, René?- pregunta sorprendido Luis XIV.- ¿Estás bien de la azotea?
Pero Descartes prosigue en su afán de llenar el suelo de cartas. Ante esta actitud tan inapropiada, Napoleón comienza a protestar, caminando de un lado a otro. Sin embargo, Petit Suisse permanece sentado, observando atentamente al filósofo. De pronto, Descartes exclama:
-¡Es que me estoy descartando!- y a continuación estalla en una estruendosa carcajada.
Las reacciones son encontradas. Por un lado Petit Suisse aplaude con cara de depravado, e incluso se permite sacarse la chorra. Por otro, Su Majestad se pone rojo de ira, y agarra a Descartes por el cuello, mientras le asesta una larga serie de puñetazos en pleno rostro. Napoleón desenvaina su espada y le rebana la cabeza a Petit, quien no obstante sigue caminando por la habitación, decapitado y manchándolo todo de sangre.
Así pues, oh ciudadanos, Descartes muere tras una larga, larga, larga y dolorosísima paliza.
ACTA EST FABULA
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