Hermanos, ayer viví uno de los momentos más sublimes de mi insulsa existencia. La selección japonesa logró imponerse a los vikingos daneses cómodamente (3-1, esto ni en Carrefour), proeza que le permite pasar a la ronda de octavos. Quedó demostrada así la desfachatez y poca profesionalidad de todos esos mamarrachos autodesignados "expertos" que auguraban una paupérrima actuación del combinado nipón en este Mundial de Balompié (®). Por ejemplo, recuerdo haber leído a los sabios de Marca (el Ku Klux Klan del deporte) decir que el objetivo del equipo del Señor Okada era simplemente ganar un partido. ¡Necios!
De acuerdo con las previsiones meteorológicas, Japón se medirá en octavos a la selección de los paraguas, uno de los equipos más aburridos pero que van de "chachis", Paraguay. Este escollo está salvado, no os preocupéis. Ya me deleito con la futura victoria mientras consumo mi vasito de horchata.
Por otro lado, El Cronista Ramiro Aldunate por fin se ha ganado el reconocimiento que merecía y ahora posee un espacio propio para deleitarnos con su excelsa prosa. Desde luego, con fotos como la siguiente uno se crea afición:
También debemos hacer referencia a la celestial presencia de Miguel Brito en esta competición, con los colores de Portugal. Es otro de los grandes ídolos weinorianos, sin lugar a tribulación alguna.
Pese a todas estas excelentes noticias, aquí el Reverendo Weinor debe comunicar una nueva desgarradora. Toruk Makto, el amigo del hombre, ese pequeño guerrero verde, ha fallecido. El deceso ha tenido lugar uno de estos días (no sé cuándo, que de plantas queda claro que no entiendo). La verdad es que he intentado por todas las maneras salvarle del Averno, pero se ve que al mamonazo de Hades le gustaba mi árbol. Maldito bastardo, a partir de ahora enterraré todos mis excrementos, así veremos si el señor Caronte te lleva la barca llena de mierda todos los días. Por respeto a su (cada vez menor) integridad física y espiritual, he decidido no publicar la foto del cadáver (en posesión del FBI & Company). En lugar de eso, escribiré a continuación su epitafio: "Toruk Makto, Señor de su Maceta, fallecido a causa de las torturas practicadas por un grupo de chinos estafadores hijos de la gran fruta. Tu amigo Weinor no te olvidará nunca (ya que no volveré a comprarme otro bonsái, menudo timo). Descansa en paz (como si las plantas hicieran algo en vez de tocarse los genitales todo el día). Amén"
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