martes, 24 de noviembre de 2009

¡Ya estoy más que harto, y no quiero seguir soportándolo!

Hermanos, hoy os pondré un fragmento de la extraordinaria película Network, de Sidney Lumet. Concretamente, en este pellizco de paraíso cinematográfico (nos encontramos ni más ni menos que ante una de las mejores escenas de la historia del cine), contiene un sabio discurso de Howard Beale. Beale, que es el protagonista de la película, ha estado trabajando durante muchos años en un informativo de una cadena de televisión, cuando de pronto es despedido. Aprovechando uno de sus últimos momentos en antena, decidirá proclamar a todo el mundo la revelación que tuvo la noche anterior.


Network (1976) ha resultado ser una auténtica profecía. Tachada de exagerada o de pretenciosa en su tiempo, con el paso de los años se ha demostrado que todo cuanto vaticinaba la cinta era cuestión de tiempo. La llamada telebasura, que poco a poco ha ido ocupando las parrilas televisivas de todo el mundo, la implacable competencia de los medios, la miseria humana y el abuso de los débiles... Todos estos temas aparecen recogidos y expuestos con suma brillantez.

Una peculiar anécdota que quizá demuestre a qué grado de idiotez ha llegado la humanidad es que en 1976, ni Sidney Lumet ni Network consiguieron alzarse con el Oscar a mejor director y mejor película. Estos premios fueron adjudicados a... Silvester Stallone y Rocky. Fijaos, hermanos, la barbarie no ha salido del Carrefour de vuestro pueblo hace un par de años, sino que ya entonces campaba a sus anchas por el mundo. Necesitamos un cambio, maldición, y sólo lo conseguiremos si acabamos en primer lugar con los elementos demoníacos que ponen de manifiesto la mediocridad contemporánea: el pan integral, todos los productos light, el féisbuk y demás ''redes sociales'' (aunque en realidad son grilletes para los palurdos), las hamburguesas vegetarianas...

El mundo no debería permitir la existencia de esta porquería de productos, pero ya se encargan los gobiernos, con la ayuda de las empresas multinacionales, de idiotizar a la población, de manera que lo importante deje de ser la política (entendida como el gobierno de los estados) y pase a ser si hay refrescos ''light'' en el jodido supermercado. Pero imbécil, no te has dado cuenta que los refrescos ''light'' o luminosos son la misma mierda sólo que sustituyen el azúcar por tres o cuatro sustancias que no sabes ni qué carajo son. ¿Acaso prefieres no tomar algo que sabes lo que es y sustituirlo por algo cuyo sugerente nombre es ''edulcorantes E952''. No me jodas.

En fin, termino ya esta entrada no sin antes dedicarle unas palabritas a Francisco Marinero, crítico de cine del diario El Mundo.: Eres basura, apestas. Crees que el cine murió en los años 50, ¿verdad, viejuno podrido? Pues te equivocas, flatulencia errante. Tú y tus breves críticas despectivas hacia maravillas de las últimas décadas. ''Pretencioso'', ''pedante'', ''sobrevalorado'' son adjetivos que a menudo empleas en tus ''análisis'' (aunque decir ''análisis'' hablando de este cenutrio pueda parecer un chiste). ¿De dónde sacas la inspiración, de tu diario íntimo? Si tu vida no es interesante, deja de vivir el cuento y cédele tu puesto de trabajo a alquien que no sea un amargado. PD: Muérete.

Ahora sí finalizo mis palabras, hermanos, disculpad la divagación. Pero es que cuando veo las palabras que salen de la pluma del mamarracho este (con lo retrógado que es, no sabrá ni darle al botón del ascensor) se me pasa el estreñimiento.

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