Hermanos, sin duda la factoría Disney ha padecido una visceral transformación desde que ya no se hacen películas tan maravillosas como La tostadora valiente (sic) en 1987. Ahora nos topamos con que la poderosa corporación audiovisual ha emprendido una peculiar estrategia: redoblar algunas películas con matices propios de culturas localizadas para aumentar sus ingresos.
Ojo a la peculiar versión de Blancanieves y los siete enanitos que han parido los muchachos de Disney:
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