Oh, hermanos, el cine es ya un anciano más que jubilado (lejos queda aquella primera proyección de los Lumière en 1895), y cada vez se nos hace más difícil sorprendernos con los cientos de películas que se producen anualmente. Quizá no hayáis ido al cine recientemente, y no me extraña porque es un lugar bastante oscuro, pero ello no es impedimento para entender este post. Citaré a continuación algunas de esas cosas que nos provocan déjà vu y falta de credibilidad a partes iguales:
1. Las luces. Seguridad Social quizá no tengan, pero los estadounidenses parecen gozar de la electricidad gratuitamente. Los personajes de las películas 'hollywoodienses' nunca apagan las luces cuando salen de casa, y si están dentro las tienen encendidas absolutamente todas. A veces sorprende lo mucho que ilumina una diminuta lámpara en la mesilla de noche.Cambia ya el repertorio, cansino. |
2. Las manzanas. Cualquier profesor universitario que se precie (los fósiles de cabello blanco quedan excluidos), debe degustar una manzana roja dando un sonoro bocado.
3. Taxis y autobuses. Los taxis y los autobuses siempre llegan en el momento oportuno, nunca hay que esperarlos. A veces las películas tratan de ser tan directas que se dejan la verosimilitud por el camino.
4. Puertas que no se cierran. ¿Para qué cerrar con llave las puertas de casa o del coche? Jamás se perderán ni dos segundos en hacer esto en una película comercial. Lo raro es que, teniendo estas facilidades, los ladrones se vayan a robar a las casas con los sistemas de seguridad más sofisticados (cuanto mejor es el sistema de seguridad de una vivienda, mayores serán las probabilidades de ser asaltada).
5. El inglés. Puede resultar increíble, pero hasta hace pocos años, los extranjeros de las películas hablaban inglés entre ellos, por supuesto con acentos ridículamente marcados, e incluso cuando hablaban consigo mismos. También los alienígenas seguían este procedimiento.
6. La televisión. Si un televisor está encendido, sobre todo si es en un bar, no es una mera casualidad: justamente estarán dando los informativos y darán una noticia relativa al protagonista, que por supuesto subirá el volumen del aparato.
7. La tos. Qué maravilla, los personajes nunca tosen (si alguien tose, está mortalmente enfermo) ni se traban. Eventualmente hay un hueco para un falso tartamudo.
8. El dinero. Si a un personaje se le ocurre de improviso llamar por teléfono en una cabina, siempre tendrá monedas en el bolsillo. También paga al taxista, al camarero y a quien haga falta metiendo la mano en el bolsillo y dando lo que encuentre sin mirarlo siquiera.
9. El maquillaje. El coito más salvaje, el accidente de tráfico más trepidante o la batalla más brutal parecen no afectar al maquillaje de las actrices o al peinado de los actores. Si es que hasta cuando salen de la ducha o se levantan están perfectos.
10. Mujeres y niños. Físicamente son los más débiles, pero las mujeres y los niños nunca mueren. Parece que a los monstruos famélicos les gusta complicarse la vida. Si fallece alguna mujer, necesariamente ha de ser poco femenina (músculos, armas… ¡y tabaco!).
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