La sinceridad de la chusma

"¿Te puedo decir algo con toda la sinceridad del mundo, con el corazón?". Así comenzaba el calvario, hermanos. Un tipo de unos 17 años con aspecto de yonki y aroma de indigente (heces de gato) se me aproximaba planteándome la citada pregunta. Tras unos titubeos de desconcierto, he acertado a decir "Sí" con un hilo de voz. Mi asenso, caballeros, ha resultado ser un craso error.

El drogadicto me ha bombardeado con un incoherente relato repleto de gilipolleces. Básicamente, afirmaba ser de Alicante, y necesitaba "reunir cuatro euros para el tren". ¡No me jodas, McQueen! ¿Realmente creías que era tan fácil como eso? "Te lo pido de corazón, ya que soy español". ¿Y qué quieres, un premio, la Bonoloto? Español eres, pero para vergüenza de los demás. Pedazo de vago, deja de meterte vacunas para perros y dale alguna utilidad a tu vida. Le dije que no llevaba dinero encima, a ver si se marchaba de una vez. Finalmente, el patán se largó a dar la brasa a los que esperaban al tranvía, no sin antes afirmar que yo era una persona "sincera, de corazón", y que le daría los cuatro euros si los tuviera. Jajajajajajajajajaja. Con esa ingenuidad no me extraña que no recaudes nada, malvavisco mustio.

Al parecer, esta especie de vagabundos extorsionadores no está en peligro de extinción. Un hermano me ha revelado otro tremebundo episodio de características similares. Él permanecía aguardando al autobús, al igual que yo, cuando un gitano del que emanaba olor a callejón sucio le exigió 1,30 aurelios, esto es, un billete simple. "Soy un gitano honrado, ¿te puedo pedir algo?". Nuestro hermano le ofreció un cigarrillo (morirá pronto de cáncer), pero el malhechor sentenció: "No, necesito dinero, y sé que tú tienes, que llevas pinta de tenerlo". Increíble pero cierto, el tunante se salió con la suya.

Como vemos, la escoria puebla las calles como las cucarachas los aseos públicos. Y no sólo "españoles de corazón" y "gitanos honrados". Estoy hasta el turbante de encontrar a rumanas gimiendo "misssseria" a la puerta de los templos. ¡Limpieza callejera ya! No es racismo, no es discriminación... ¡Es meramente higiene!