domingo, 25 de octubre de 2009

Mojones maestros y otras porquerías

Hermanos, en esta entrada dedicaré mis palabras a uno de los temas más controvertidos sobre los que pueda escribirse: el arte. ¿Qué es el arte? El diccionario de la Real Academia Española nos dice: ''Manifestación de la actividad humana mediante la cual se expresa una visión personal y desinteresada que interpreta lo real o imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros''. De todos modos, la RAE ya ha perdido buena parte de su prestigio con sus estúpidas acciones: basta con que la mayoría de la gente cometa una incorrección lingüística para que la Academia la promulgue como norma (ejemplos de esto abundan, mírese el leísmo).

Ahora bien, ¿realmente podemos denominar arte a cosas como ésta?:



No se esfuerce el hermano lector intentando descifrar algún dibujo o figura ocultos. Se trata, ni más ni menos, de un cuadrado negro (además mal pintado). El título de esta pieza maestra no es otro que Cuadrado negro. Su autor, Kazimir Malevch, debió estrujarse tanto la sesera para crear algo original que se la estropeó, y ahí tenemos el resultado.

Todos habremos discutido si elementos como el mamarracho de ahí arriba pueden pertenecer a la categoría ''arte''. La situación se agrava si comprobamos que no se trata de garabatos aislados, sino que existe una gran variedad de obras de arte ''abstractas''. Veamos un par de ejemplos:




¿Merecen semejantes mierdas pasadas por agua estar al mismo nivel que las obras de Velázquez, Rembrandt, o El Greco? No puedo hacer menos que horrorizarme cuando escucho o leo a gente que así le cree. Si usted ha visitado el Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), seguramente pensará haber visitado un lugar cuya categoría oscila entre un desván y un vertedero. Sinceramente, nunca había visto tanta basura en un edificio. Los productos de algunas mentes desnutridas se exponen en paredes como si fuesen algo valioso. Para quien haya tenido la suerte de no haber cruzado el umbral del IVAM describiré con mis óculos de aficionado las maravillas que éste encierra: servilletas con el menú escrito en ellas, hojas completamente negras (formando una serie), tiras de papel higiénico de unos 10 metros que cuelgan de una ventana...

Afortunadamente yo pude escapar con vida de semejante antro (de esto ya hace unos años), pero no me he restablecido completamente y las secuelas todavía son notables.

''Museos'' como éste los hay en todas las ciudades, y algunas encierran maravillas como esta Fuente de Duchamp.



Los más avezados se habrán percatado que estamos ante un orinal. Tal vez ésta sea la metáfora del llamado ''arte abstracto''. Vistas las fotos que he colocado antes, ¿podríamos responder a la afirmación ''el arte es la expresión de alma que desea ser escuchada''? ¿Y qué quería expresar exactamente el angelito que arrancó un orinal público, lo volcó y lo firmó? Aunque quizá a éste último le resulte más apropiada la cita siguiente: ''¿Qué es el arte sino la expresión de uno mismo?''.

Espero que, en un día futuro, surja algún iluminado y proponga quemar todas esas bazofias y empleen el espacio de sus museos en algo más útil. Pero supongo, oh hermanos, que algún sujeto se sentirá contrariado al haber leído todo esto, pues considerará que los mamarrachos abstractos son ''parte de nuestra cultura''. Ante semejante escoria me justificaré enunciando una adivinanza: ¿cuál es la ciencia de los subnormales?

Respuesta: la deficiencia. Amén.

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