Helios el fulgente, más conocido por estas tierras como Solete, se empieza a despedir de la chusma que puebla esta región. Mientras tanto, Saigo surca el cielo sobre mi cabeza con su vetusto y tambaleante dirigible. Decididamente, este trasto no ha pasado por la ITV.
martes, 17 de agosto de 2010
miércoles, 4 de agosto de 2010
El contestador automático que no jugaba al bridge
Hermanos, hoy dedicaré el sermón a la escoria cuatrera que milita en las filas de las compañías telefónicas. Con el fin de solucionar una duda acerca del magno robo de cierta empresa, cuyo nombre no diré por motivos de confidencialidad (Movistar), me he aventurado a efectuar una llamada a eso que llaman "atención al cliente". Como no podía ser de otra forma, una bellaca con acento sudamericano me ha indicado que esperara unos minutos. Y han sido diez los jodidos minutos que he tenido que esperar. Mientras aguardaba a que me atendieran, una horripilante y repulsiva melodía contaminaba mi teléfono, y de vez en cuando una voz grabada decía "Espere, por favor, estamos muy ocupados" o un embuste similar. El caso es que, tras 600 segundos de espera, me cuelgan. Craso error, cabrones, al reverendo Weinor no lo podéis esquivar como a Hacienda. De modo que he vuelto a llamar, y esta vez incluso la furcia me ha escuchado. Desgraciadamente, su peculiar forma de hablar me resultaba imposible de descifrar. Tras varios intentos de comprender su deformado dialecto me suelta que sólo tenía los documentos de mi factura "hasta el 16 de julio". Maldita puerca, ¿acaso buscas pendencia? Y, para sorpresa de vuestro hermano, ¡me vuelven a poner la música infernal!
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