Y allí estaba el centauro, engendro monstruoso donde los haya. El Sargento Hartman termina de vaciar la vejiga y se acerca al Dr. Lawrence.
-¿Qué cojones es eso, Patoso?
-Es… un centauro –responde aturdido el científico.
-¡Puta mierda, no me convences! Tienes las gafas tan llenas de roña que no ves ni por el tercer ojo. Fíjate bien, escoria, y te darás cuenta de que es un jodido “charlie”.