Hermanos, en estos días en los que los niños nacen con un IPod insertado en lo más profundo del recto he estado leyendo las andanzas de Zaratustra, escritas por nuestro viejo camarada Friedrich Nietzsche. El Bigotudo se inspira en cierto persa vendedor de alfombras para parir las aventuras de Zaratustra, un tipo holgazán sin oficio ni beneficio que dedica su tiempo a pervertir las mentes de las gentes de los lares por los que se desplaza su rastrero cuerpo de reptil. Concretamente, el Zarzuelas arremete contra la religión (de hecho afirma que Dios ha muerto cada cinco páginas), anuncia la llegada del Übermensch (que debe ser un supermercado), nos habla de la voluntad de poder (de poder soportarte, basura) y del eterno retorno de lo idéntico (que no sé lo que es). Vamos, que voy por la mitad del librito y me divierto mucho enterándome de las andanzas de ese chapero alborotador.
martes, 28 de septiembre de 2010
martes, 14 de septiembre de 2010
¡A la batalla!
¿Adónde vas, hermano? A la batalla, ¡a la batalla! Unámonos todos, compañeros, y combatamos juntos uno de los grandes males que afligen a esta sociedad. La educación en este país está podrida. Sí, hermanos, la educación, uno de los instrumentos de socialización más importantes, es el pútrido manantial del que beben los parásitos y desgraciados que moran entre nosotros. Esos parias, esos imbéciles sin perspectiva vital, sin metas que alcanzar durante su nociva existencia, se contaminan al tomar el inicuo líquido que destilan los centros educativos, esos colosales monstruos de destrucción intelectual masiva.
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viernes, 3 de septiembre de 2010
Cánceres de nuestro tiempo
Hermanos, cada día que pasa me convenzo más para exiliarme a algún país del norte (Finlandia es la primera opción) para huir de este horripilante calor, que podría interpretarse como un castigo de los dioses. El consumo de capítulos de True Blood y la escucha de música country no bastan para librar al Reverendo Weinor del sofocante clima del estío.
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