sábado, 22 de marzo de 2014

La tenacidad de un vaquero seropositivo

Dallas Buyers Club


La eclosión del SIDA en los años 80 vino acompañada de un comportamiento humano abyecto basado en la ignorancia y los prejuicios. Recién llegada a los cines españoles, Dallas Buyers Club (2013) refleja esta actitud sobre un drama que puede calificarse como la peste del siglo XX. El filme del realizador canadiense Jean-Marc Vallée (C.R.A.Z.Y., El café de Flore) está basado en hechos reales.

Ron Woodroof, un electricista tejano aficionado a los rodeos, es drogadicto y cliente habitual de prostitutas. En 1986 sufre un accidente en el trabajo que le lleva al hospital, donde le informan que que tiene SIDA y le resta un mes de vida. Woodroof hará lo posible por combatir su terrible enfermedad, aunque para ello deba enfrentarse a la Agencia de Alimentos y Medicamentos y a las compañías farmacéuticas estadounidenses.

El protagonista, cuando es informado de que es portador del VIH.


En primer lugar hay que señalar que Dallas Buyers Club no es un melodrama sobre enfermos terminales. No sólo no se abusa del sentimentalismo, sino que de hecho los personajes principales protagonizan diálogos y situaciones cargadas de humor negro. Matthew McConaughey interpreta al homófobo y bravucón de Woodroof, y en su regreso a la gran pantalla Jared Leto da vida a un carismático transexual drogadicto. Ambos muestran una transformación física tan sorprendente como lo son sus actuaciones, premiadas con sendos Oscar. Personas en principio condenadas a no entenderse acaban siendo socios y hasta amigos.

El protagonista personifica el instinto de supervivencia. Su determinación y una apertura de mente le llevan a fundar un "club de compradores", algo así como una asociación de seropositivos que le pagan por recibir medicamentos traídos de otros países. Se muestra la deleznable actuación de las farmacéuticas y las autoridades estadounidenses, empeñadas en lucrarse al tiempo que usaban cobayas humanas.

La extraña pareja conformada por un transexual y un homófobo.


Esa batalla de David contra Goliat es tan o más importante en la película que el SIDA en sí. También se plasma el rechazo de la sociedad de la época a una "enfermedad de maricones". Se podría tachar estas escenas de facilonas o tópicas, pero no hay que olvidar que en su momento formaron parte del día a día.

Las dos horas de metraje fluyen de forma amena, pero la cinta de Vallée no llega a emocionar, tal vez por la paradoja de evitar ser lacrimógena. Dallas Buyers Club es una buena película potenciada por las interpretaciones y el tema que trata: el coraje de un hombre empeñado en seguir a lomos de ese toro inestable e impredecible que es la vida.



A pesar de algunos clichés, refleja de forma convincente el sufrimiento y la incertidumbre provocados por un asesino lento y silencioso. Es fácil meterse en el pellejo de los enfermos y tratar de imaginar qué sería de nosotros si nos infectáramos por el VIH. Pocos quieren morirse, pero nadie de esa manera.


Puntuación: 7



T.O.: Dallas Buyers Club / EE.UU. / 2013 / Dirección: Jean-Marc Vallée / Elenco: Matthew McConaughey, Jennifer Garner, Jared Leto, Steve Zahn / Género: Drama / Duración: 117 minutos

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