viernes, 28 de febrero de 2014

Desolador retrato de una mosquita

Mouchette


Las películas ambientadas en pequeñas aldeas son a menudo análisis de la especie humana en su conjunto. En Mouchette (1967) del francés Robert Bresson (Un condenado a muerte se ha escapado, Pickpocket) encontramos una dura crítica a la sociedad, impasible ante las tragedias individuales. La cinta está inspirada en una novela del dramaturgo Georges Bernanos.

Mouchette ('mosquita') es una chica que a diario sufre la mezquindad de los habitantes de su pueblo, incluido su propio padre, de oficio contrabandista. Reacia a conformarse con su insoportable existencia, la joven guarda rencor contra todo el mundo.

La introvertida Mouchette (centro), en la escuela.


La estética del filme es extremadamente sobria. En sus austeras imágenes en blanco y negro no hay ningún plano de paisaje ni elemento que distraiga la atención siquiera por un segundo. Mouchette fue rodada en escenarios reales de la Francia rural. La pobreza aparece retratada con la suciedad inherente.

La narración se desarrolla más por lo visual que por los escasos diálogos. Abundan los silencios, interrumpidos a veces por ruidos ásperos, como las pisadas de los zuecos o el crujir de las hojas secas. La única música incidental de la película aparece justo al final. Los intérpretes son actores no profesionales. Todo los aspectos formales, pues, rezuman pureza.

Más importante que su apariencia exterior es su contenido, todo un drama psicológico. Se refleja una sociedad que margina y explota a los más débiles. Profesores que humillan, padres que maltratan, niños que se burlan... el comportamiento de los vecinos es tan cruel que parecen animales irracionales. Se muestran todos los tipos de abuso, desde el verbal hasta el físico.

La madre de la chica, postrada en la cama y enferma terminal.


También se juega con la alegoría de la caza y los cepos, y en esas escenas uno entiende que no hay libertad, que en la vida unos aplastan a otros y que la tragedia es inevitable.

La rabia acumulada de la protagonista desemboca en pequeños actos de malicia, como pisotear la tierra húmeda antes de entrar en la iglesia o lanzar bolas de barro a sus compañeras. Los desencantos son continuos, pero en ningún momento se busca el exceso o la lágrima fácil. Los golpes al estado de ánimo del público llegan sin hacer ruido, pero son demoledores.



Hay un momento de la película en el que Mouchette visita una feria y monta en los coches de choque. Las risas y el cruce de miradas con un muchacho se interrumpen de repente con un capón de su padre. La felicidad se dibuja como algo efímero y fuera del alcance de la adolescente.

Bresson no juzga en ningún momento, sino que su estilo aséptico invita al espectador a formarse su propia interpretación de los hechos. En cualquier caso, el visionado deja una sensación de vacío y desesperanza. Terriblemente triste, terriblemente dura pero terriblemente real.


Puntuación: 8


T.O.: Mouchette / Francia / 1967 / Dirección: Robert Bresson / Elenco: Nadine Nortier, Jean-Claude Guilbert, Jean Vimenet, Marie Susini / Género: Drama / Duración: 78 minutos

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