miércoles, 5 de febrero de 2014

Jack Ryan, jubílate ya

Jack Ryan: Operación Sombra


Un recurso sutil ante la saturación de las sagas es retroceder para contar los orígenes de personajes emblemáticos. Esta táctica viene siendo utilizada mucho en el cine de los últimos años (véase Batman, James Bond o Star Trek). También es el caso de Jack Ryan, famoso analista de la CIA cuyos comienzos en la agencia de espionaje se relatan en la recientemente estrenada Operación Sombra.

Ryan es un veterano de guerra que trabaja como ejecutivo de Wall Street al tiempo que colabora como agente de la CIA. Prodigio en el campo económico, es el hombre más indicado para participar en una operación contra un magnate ruso que pretende hundir la economía estadounidense en el plazo de una semana.

Se aborda el ingreso de Ryan a la CIA.


Kenneth Branagh (Thor, Mucho ruido y pocas nueces) dirige y al mismo tiempo encarna al villano de esta cinta. Espionaje y terrorismo en lo temático, e intriga y acción en cuanto a la forma se entremezclan para fabricar una nueva entrega de la franquicia que por esta vez no adapta ninguna de las novelas de Tom Clancy.

La sombra de Jason Bourne es alargada, y así nos encontramos con un ritmo frenético y escenas de acción vertiginosas (a destacar la de la bañera). No obstante, en Jack Ryan: Operación Sombra no hay lugar para la ambigüedad y el misterio. Desde el principio queda claro quiénes son los buenos y quiénes los malvados.

La saga de Jack Ryan, a pesar de su irregularidad, contó con buenas películas como La caza del Octubre Rojo o Juego de Patriotas. La última visita a las carteleras fue Pánico Nuclear, hace algo más de una década. Y precisamente Operación Sombra parece un filme palomitero de hace diez o quince años. Todo lo que vemos en ella está demasiado manido, es demasiado predecible. El malo, para más señas, es ruso. La única novedad se halla en el terrorismo financiero.

Knightley tortura al espectador con un personaje repelente.


Si las anteriores películas de Jack Ryan ya ponían un listón elevado, los intérpretes del personaje no lo son menos. Podría decirse que la cinta de Branagh es a las otras lo que Chris Pine es a Alec Baldwin o Harrison Ford. Que un agente secreto de élite sea tan chapucero e incompetente resulta hilarante. El pobre diablo es tan inepto que hasta es perseguido a Moscú por su novia.

Los personajes secundarios, encarnados por buenos actores como Kevin Costner, Kenneth Branagh o Keira Knightley, están muy vacíos. Especialmente lamentable es el papel que le han dado a la actriz británica: la mujer más estúpida que se ha visto en la gran pantalla en los últimos años. El doblaje en castellano realza el tormento con una vocecilla insoportable.



Los únicos aspectos positivos de este largometraje es que no aburre y que no dura demasiado (105 minutos). Por lo demás, un proyecto fallido con una fórmula pasada de moda. Tal vez este intento de reflotar la saga, paradójicamente, debiera ser la retirada del analista Ryan por una larga temporada.


Puntuación: 4



T.O.: Jack Ryan: Shadow Recruit / EE.UU. / 2014 / Dirección: Kenneth Branagh / Elenco: Chris Pine, Kevin Costner, Kenneth Branagh, Keira Knightley / Género: Thriller / Duración: 105 minutos

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