domingo, 16 de noviembre de 2014

No son negocios, es personal

Hitman: Absolution


Historia

El personaje que hoy nos ocupa se caracteriza por pasar desapercibido, todo lo contrario que su franquicia. Cada entrega de Hitman ha sido una lección de estilo y trabajo bien hecho. La búsqueda de sigilo en el primer título, lanzado en el año 2000, lo distinguió del resto de videojuegos de disparos. El objetivo era eliminar a una serie de individuos sin hacer ruido ni dejar rastro.

Sucesivamente y con intervalos de dos años (2002, 2004 y 2006), los tres siguientes juegos fueron mejorando la original fórmula en que se basa la saga. La quinta y hasta la fecha última entrega, Absolution, llegó en 2012 tras hacerse mucho de rogar, pero la espera sin duda valió la pena. IO Interactive introdujo cambios sustanciales a todos los niveles, siendo una evolución propiamente dicha más allá de la mejora del apartado gráfico.

La misma cara de pocos amigos de siempre.

47 tiene sus metas bien claras.


En Absolution encontramos un verdadero argumento que cuenta una historia más allá del mercenario contratado para efectuar unos trabajos determinados. Todo comienza cuando Benjamin Travis, nuevo director de la Agencia Internacional de Contratos (ICA), encarga al Agente 47 que elimine a Diana tras una presunta traición.

Diana, quien recordemos ha sido siempre el enlace de 47 con la Agencia y lo más parecido a un amigo para él, le pide un favor después de recibir un disparo: que proteja a una adolescente llamada Victoria de las garras de la ICA.

La narración supone un paso adelante en la saga por su calidad e innovación. El Agente 47 no deberá cumplir encargos, sino afrontar una cuestión personal. El cazador pasará a ser la presa de la policía, mafias, sicarios y la mismísima Agencia. El guión se reserva sorpresas, un humor corrosivo y situaciones comprometidas para un tipo calculador como el emblemático protagonista de Hitman.


Jugabilidad

Lo primero que nos llama la atención en Absolution es la cantidad de teclas que deberemos controlar para poder agacharnos, pegarnos a las paredes, trepar por las cornisas, estrangular, arrastrar cuerpos, disfrazarnos... Naturalmente, si hemos probado los juegos anteriores la adaptación es más fácil. En esta entrega 47 es más ágil que nunca, y cuando le cogemos el tranquillo disfrutamos de las enormes posibilidades que ofrece el título

IO Interactive pone a nuestra disposición una larga lista de armas para acabar con nuestros enemigos. Pistolas, revólveres, subfusiles, rifles de francotirador... Pero más importante que las armas de fuego son las opciones de eliminar objetivos de forma discreta. Multitud de objetos, armas blancas, el tradicional cable de fibra y elementos de los escenarios con los que desencadenar 'accidentes' nos serán de gran utilidad.

Dado que la campaña individual no consta de asesinatos por encargo, no podremos seleccionar el equipamiento de inicio y en ocasiones incluso careceremos de armamento. Ello nos obligará a explorar el terreno para hacernos con las herramientas necesarias para cumplir la misiones. Absolution introduce otra novedad respecto a entregas anteriores: un combate cuerpo a cuerpo trabajado. En el caso de que algún personaje la emprenda a golpes con nosotros, podremos noquear si pulsamos una combinación de teclas determinada.

Victoria, la protegida de Diana.

El protagonista, matando sin dejar rastro.


La principal innovación de este último Hitman es, no obstante, el modo instinto. El instinto es la representación visual de la intuición de 47. En ausencia del mapa, te ayuda a encontrar a los objetivos y a los elementos con los que se puede interactuar. También ofrece dos recursos muy importantes: un disparo múltiple en tiempo ralentizado y la posibilidad de disimular ante los ojos hostiles para ocultar nuestra verdadera identidad. Un indicador gráfico indica las miradas que recibe nuestro personaje.

El instinto se mide con una barra que se va consumiendo rápidamente. Sólo se recarga si alcanzamos ciertas metas como pasar de zona o efectuar un asesinato silencioso, por lo que deberemos gestionar esta modalidad con prudencia.

El sigilo vuelve a ser fundamental, más importante aún si cabe dado que muchas veces deberemos escapar de determinadas zonas o penetrar en ellas. Una escala de estados de alerta determina el grado de sospecha y búsqueda que recae sobre 47. Para pasar desapercibidos podemos aprovechar las sombras y coberturas, introducirse en armarios o contenedores, lanzar objetos para desviar la atención de los enemigos... Y, por supuesto, disfrazarnos para disimular y para acceder a áreas restringidas. Los personajes que compartan  nuestra indumentaria podrán identificarnos si nos miran durante unos segundos, a diferencia del resto.

El instinto ayuda a disimular y señaliza enemigos y puntos de interés.

Las cornisas nos darán acceso a zonas importantes.


Es conveniente estudiar los escenarios para hallar vías de escape, objetos y trampas así como observar el comportamiento de los personajes. El método del ensayo y error nos permitirá perfeccionar nuestras actuaciones, buscar alternativas y superar desafíos. Y es que la paciencia es una  de las bases de Hitman, pese a que la faceta 'shooter' ha experimentado una notable mejora respecto a las entregas anteriores.

La IA es bastante realista, sobre todo si experimentamos con los niveles de dificultad más elevados (hay un total de cinco). La gente sospecha, indaga si ve algo extraño y te llama para que te acerques si detecta un comportamiento extraño. La única crítica negativa que se puede formular en este campo es que podemos armar un tiroteo de escándalo antes de cruzar una puerta para acceder a otra misión sin que nadie haya escuchado nada al otro lado. El hecho de que los enemigos no registren el interior de armarios y baúles, salvo que te vean entrar en ellos, es una pequeña licencia.

Hitman: Absolution es un juego largo y generoso, con muchos elementos extra para rejugar la veintena de misiones que lo conforman, como la colección de trajes o la ejecución de asesinatos especiales. La evaluación de nuestro rendimiento  se mide por el grado de sigilo exhibido. Hay factores que nos restan puntuación, como dejar pruebas de nuestra presencia (como cintas de vídeo de las cámaras de seguridad), matar innecesariamente o ser detectado. Si la evaluación es lo suficientemente buena recibiremos bonificaciones o mejoras de personaje, como recargar más deprisa, correr más rápido o reducir el consumo de instinto.

Las armas clásicas no faltarán.

El talento de 47 para la ocultación llega a su máxima expresión.


Las misiones se dividen en fases o segmentos, de tal modo que una fase puede ser entrar en un sitio, la segunda cumplir el objetivo de turno y la tercera escapar de la zona.  Hay un gran contraste entre los niveles, desde los más espectaculares que se ubican en amplias zonas abiertas y cuentan con abigarradas multitudes hasta los ambientados en pequeñas localizaciones cerradas y apenas cuentan con una docena de personajes. No todas las misiones consisten en asesinatos, dada la naturaleza argumental del videojuego. Se muestra todo aquello que acompaña a las ejecuciones del Agente 47 y que antes se daba por supuesto. En total estamos hablando de unas 15 o 20 horas de diversión como mínimo.

El modo multijugador permite crear objetivos variando las misiones y escenarios que hemos visto en la campaña individual. El jugador describe una lista de condiciones para el éxito, realiza la misión de acuerdo a sus propias reglas y lanza el desafío en línea para que otros jugadores intenten mejorar la puntuación obtenida. La modalidad es muy interesante y ofrece un extra de entretenimiento para el seguidor de la saga Hitman.


Cuestiones técnicas

Si la jugabilidad de Absolution es asombrosa, el apartado técnico no lo es menos. Un asombroso juego de luces y unas texturas ricas en detalles conforman uno de los entornos urbanos más realistas que se hayan visto nunca en un videojuego. Con un predominio de tonos oscuros muy acorde a la esencia de Hitman se recrean localizaciones como el barrio chino de Chicago, diversos hoteles, un orfanato, las instalaciones de una industria o un juzgado.

A diferencia de los exóticos destinos del Agente 47 en juegos previos, en esta quinta entrega casi todas las misiones se enmarcan dentro de las fronteras estadounidenses. Por fortuna el microcosmos que representa Estados Unidos abarca desde grandes ciudades llenas de rascacielos a reducidos municipios rurales. Es notorio el contraste relacionado con el tamaño de los escenarios, más pequeños que en Blood Money pero sin duda con más opciones.

No siempre contaremos con nuestras armas favoritas.

La niebla y la oscuridad serán nuestras aliadas.


El diseño de los personajes y su animación es muy verosímil, dando al título un carácter vivo y realista. Efectos visuales como la profundidad de campo están muy bien logrados, y quizá la única pega que se le puede poner al trabajo de IO Interactive es el puntual exceso de brillo.

El audio fusioina los efectos especiales inherentes a los juegos de disparos con las conversaciones de los personajes. Este segundo punto resulta importante porque de los diálogos podremos extraer importante información. El doblaje al castellano es completo y excelente.

Absolution esconde algunos guiños a juegos anteriores.

Las 'Santas', unos enemigos tan bizarros como épicos.




Una de las piezas imprescindibles de Hitman, la banda sonora, no está firmada en esta ocasión por Jesper Kyd. La nueva partitura tiene un aire a la obra del maestro húngaro, si bien tiene un peso mucho menor en la acción. Menos orquestal y más discreta pero siempre adaptable al grado de tensión de cada situación.


Conclusión

Simple y llanamente, Absolution es el mejor de la saga en absolutamente todos los aspectos. Las novedades que incorpora, como el modo instinto o las coberturas, hacen que el Agente 47 vuelva a dar un paso al frente. Con un argumento de película y un paquete audiovisual de vértigo, imprescindible tanto para los seguidores de la franquicia como para el resto.


Puntuación 9,5

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