viernes, 10 de enero de 2014

El pequeño caníbal

Asura


En el Japón Feudal del siglo XV, una serie de guerras, sequías e inundaciones han desencadenado graves hambrunas entre la población. En medio de este caos y después de que su propia madre intentase comérselo, un niño llamado Asura no tendrá más remedio que recurrir al canibalismo para poder sobrevivir. Años más tarde, el pequeño salvaje intentará integrarse en una sociedad que lo ve como un monstruo.

Keiichi Sato es el director de la nipona Asura (2012), adaptación del dramático manga homónimo de George Akiyama. El principal atractivo del filme es su atmósfera lúgubre, casi apocalíptica, en la que la moral y la ética brillan por su ausencia. Antropofagia, la ley del más fuerte, padres que venden a sus hijos como esclavos o directamente como alimento...

El perturbador Asura, excluido de la civilización y con un comportamiento animal.


Todo este ambiente se plasma exclusivamente con colores oscuros, a excepción del rojo de la sangre. Es una lástima que la animación sea bastante deficiente. Muchas veces observamos movimientos poco naturales en los personajes, lluvias en bucle y texturas formadas a partir de 'rayajos', aspectos poco comprensibles en una película de 2012.

Más allá del apartado visual, lo verdaderamente interesante es la historia. El niño protagonista tropieza continuamente con muestras de egoísmo y crueldad, lo que le lleva a pensar que su actitud es la correcta. Sin embargo, un monje budista y una joven encantadora le harán dudar. En distintos momentos de su vida, ambos tratarán de 'domesticarlo'.

Wakasa es una de las pocas personas amables con Asura.


Uno de los principales fallos que tiene Asura es precisamente su personaje principal, digno hijo psicópata de Gollum con el que es imposible empatizar. Harapiento, de costumbres repulsivas, tremendamente violento y muy escandaloso, lo único que espera de él el espectador es que se ponga fin a su sufrimiento.

En la cinta se plantea el eterno dilema de si una persona es mala por naturaleza o como consecuencia de sus circunstancias. También veremos hasta qué punto pueden llegar los seres humanos por sobrevivir, y qué umbrales no están dispuestos a cruzar. Asura destila cierto contenido budista que para el espectador occidental no es siempre fácil de entender.



En conclusión, se trata de una película con una historia cautivadora y tenebrosa, pero su tosco estilo de animación y la grima que inspira el protagonista le restan muchos enteros. Sus 75 minutos no se hacen largos en absoluto, pero es un filme simplemente pasable.


Puntuación: 6



T.O.: Ashura (Asura) / Japón / 2012 / Dirección: Keiichi Sato / Elenco: Animación / Género: Drama / Duración: 75 minutos

No hay comentarios:

Publicar un comentario