jueves, 26 de septiembre de 2013

No sólo adrenalina

Rush


Hasta el momento, las películas que abordaban el automovilismo (como Las veinticuatro horas de Le Mans o Grand Prix) estaban destinadas a los amantes de las carreras de coches. Ninguna de ellas podía ser igualmente disfrutada por el público general. Esta tendencia ha cambiado con Rush (2013), probablemente uno de los largometrajes del año y sin duda de los mejores en la historia del género.

La última obra de Ron Howard relata la gran rivalidad que mantuvieron el británico James Hunt (Chris Hemsworth) y el austriaco Niki Lauda (Daniel Brühl) a lo largo de la temporada de Fórmula 1 de 1976. Lauda, trabajador infatigable fuera del circuito y calculador durante la carrera (lo que se dice un profesional) llega a una competición llena de vividores e irresponsables. Sólo los peligros inherentes a las carreras y el carismático y veloz Hunt podrán ser obstáculos para su arrogante ambición.

Los protagonistas de Rush en los instantes previos a la salida de una carrera.


De la mano del guionista Peter Morgan, con quien no hace mucho plasmó el enfrentamiento de Frost y Nixon, el polifacético director retrata ahora el de dos iconos del motor antagónicos. Por aquel entonces, mucho antes del fallecimiento de Senna, los accidentes mortales en la máxima categoría del automovilismo sencillamente formaban parte de la misma. El espíritu temerario que encarnaba Hunt se vio amenazado por la profesionalización del metódico Lauda, llevada al extremo en nuestros días. Se trata, por tanto, de uno de los momentos cruciales en la historia de este deporte.

El choque de caracteres resulta fascinante, más cuando ambos pilotos se profesan respeto e incluso cierto afecto mutuos. La carga psicológica del filme se ve enmarcada en una excelente recreación de la época. Especialmente destacadas son las escenas de conducción, que transmiten el estrépito de las carreras y la claustrofobia y el terrible riesgo que se asumen al conducir un monoplaza de los 70. El propio Hunt, sin ir más lejos, vomitaba antes de cada carrera. Y es que se trata de una película de coches realista, alejada del cine comercial pese a su poderosa espectacularidad. Para el recuerdo queda la angustiosa tormenta sobre Fuji y la decisión que tomó el piloto austriaco.

Pero la cinta no se centra en la pista, sino que abarca también lo que sucede alrededor y fuera de ella. Los personajes son tan interesantes que las carreras pasan a un segundo plano. Aquí nos encontramos con un ejercicio muy distanciado del maniqueísmo: la historia es imparcial y no se demoniza ni se muestra como favorito a nadie. Tanto Hemsworth (Thor) como sobre todo Brühl (Good Bye, Lenin!) realizan unas interpretaciones magníficas. Rodeados por un elenco de calidad que cuenta con Olivia Wilde entre otros, los protagonistas logran emocionar y estremecer cuando se lo proponen.


Portentosa actuación de Brühl en la piel de Lauda.


Unos recursos infográficos permiten avanzar varias pruebas y mostrar la evolución del campeonato de manera fluida. Así se llega a uno de los finales más reñidos de la Fórmula 1 y del deporte en general. El espectador que conozca la historia saldrá satisfecho por la fidelidad de la cinta a los hechos reales, mientras que el que desconozca qué sucedió vivirá momentos apasionantes. Podría concluirse diciendo que el tema principal es la rivalidad como herramienta de superación personal.

En definitiva, una de las películas más notables del presente curso y de toda la historia del cine automovilístico. Unos 'boxes' estupendos en medio de un agobiante circuito de largometrajes comerciales, superficiales y poco cercanos al realismo. Verdaderamente merece el precio de la entrada.


Puntuación: 8



T.O.: Rush / EE.UU. / 2013 / Dirección: Ron Howard / Elenco: Chris Hemsworth, Daniel Brühl, Olivia Wilde, Pierfrancesco Favino, Natalie Dormer / Género: Acción, drama / Duración: 123 minutos

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