miércoles, 21 de agosto de 2013

Otra de ladrones

La trampa


Desconozco qué sucede por la mente de los programadores de televisión, pero últimamente proliferan las películas de robos y atracos. Tal vez sea un intento de reflejar la actualidad de un país cuyo mediocre cine está obsesionado con la II República y la Guerra Civil.

En esta ocasión hablaremos brevemente de La trampa (1999), una de las postreras apariciones del mítico Sean Connery en la gran pantalla. Jon Amiel dirige esta pasable cinta orientada al espectáculo y el entretenimiento.

El dúo protagonista.


Connery interpreta a Mac, un veterano ladrón de guante blanco y principal sospechoso del hurto un lienzo de Rembrandt (siempre Rembrandt). Una agente de seguros (Catherine Zeta-Jones) prepara un plan para ganarse su confianza y poder atraparle cuando dé su próximo golpe. Entre los dos tendrá lugar una atracción y una desconfianza a partes iguales.


La trama no supone ninguna novedad, pero es que la única ambición de La trampa es conseguir que el espectador pase un buen rato sin demasiadas preocupaciones. Y lo logra, pese a que el guión cojee un poco y la relación entre los dos protagonistas no llegue a ser creíble del todo. El buen trabajo de los actores principales, cada uno aportando lo que tiene (Connery, distinción; Zeta-Jones, sensualidad), es el principal atractivo del filme, que visita escenarios por entonces desconocidos como la emergente capital de Malasia.

Connery llena la pantalla con su rostro. Zeta-Jones hace lo propio con su anatomía.


Son destacables escenas como las del entrenamiento en el castillo de Mac o la de los rayos láser. Sin embargo, en conjunto es una simple película de consumo que no permanecerá mucho tiempo en la memoria del público. Como pasatiempo, eso sí, está bien.


Puntuación: 5



T.O.: Entapment / EE.UU. / 1999 / Dirección: Jon Amiel / Elenco: Sean Connery, Catherine Zeta-Jones, Will Patton, Terry O'Neill / Género: Acción / Duración: 115 minutos

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