domingo, 29 de marzo de 2015

Sebastian Vettel rompe la tiranía de Mercedes

En un Gran Premio de Malasia emocionante e inusualmente seco, sólo Sebastian Vettel ha sido capaz de aguar el tradicional paseo de Mercedes. El acierto estratégico de Ferrari combinado con un gran ritmo de carrera del tetracampeón del mundo sirvieron para que el germano cruzase la línea de meta por delante de Lewis Hamilton y Nico Rosberg.

Diecinueve monoplazas formaron la parrilla de salida en Sepang, y todos ellos salvo McLaren calzaron el compuesto medio. Manor se quedó con un hombre menos por un problema en el sistema de combustible en el coche de Will Stevens. Las posiciones de inicio se mantuvieron tras el arranque, con Hamilton al frente seguido de Vettel, Rosberg y Ricciardo.

"¡Ferrari ha vuelto!", gritaba Vettel por radio tras la victoria.


Justo en la última curva de la primera vuelta, Nasr impacto contra la rueda trasera izquierda de Räikkönen, provocándole un pinchazo. La carrera del finés volvía a arruinarse a las primeras de cambio, y Ferrari se vio obligado a planificar un nuevo intento de remontada. Ambos se detuvieron en la vuelta siguiente, montando neumáticos medios de nuevo.

En el giro 4, Ericsson se salió de pista y su Sauber quedó encallado en la gravilla. Hubo de salir el coche de seguridad, momento crucial en el que quedaría marcadas las diferentes estrategias. El grueso de la parrilla pasó por boxes, perjudicando a los segundos pilotos de cada escudería. Sólo los Mercedes se atrevieron con el compuesto duro, mucho menos eficiente que el medio.

Ferrari dio en el clavo desde el muro
Sebastian Vettel optó por permanecer en la pista, ascendiendo a la primera plaza y comandando una retahíla de coches que seguía este orden: Vettel al frente; Hülkenberg, Grosejan, Sainz y Pérez, que tampoco habían parado; Hamilton, Ricciardo, Massa y Rosberg,

La prueba se relanzó en la vuelta 7. Mientras Vettel ponía pies en polvorosa, Hamilton y Rosberg tuvieron que bregar para recuperar posiciones. Cuatro giros fueron necesarios para que el vigente campeón se colocase segundo, aunque para entonces se hallaba a diez segundos de la cabeza. Rosberg se hallaba aún encajonado en un variopinto grupo de pilotos, circunstancia que fue aprovechando Räikkönen para recuperar terreno.

La primera y tardía detención de Vettel tuvo lugar en la vuelta 18. El alemán salía a pista por detrás de los Mercedes, pero con la apuesta clara de ir a dos paradas por las tres del resto. El ritmo exhibido por Ferrari evocó otras épocas, y así fue cómo el tetracampeón del mundo dio caza a su compatriota Rosberg y luego al propio Hamilton. 

Hacia el ecuador de la carrera, Fernando Alonso, hundido con un lento McLaren entre manos, tenía que abandonar por avería cuando estaba pugnando por los puntos. En este punto había varios duelos y grupos establecidos en el circuito. Pérez tocó a Grosjean, ocasionándole un trompo y llevándose una penalización de diez segundos por la acción.

Hamilton no pudo acercarse a Vettel
Vettel montó los neumáticos duros en el giro 37, a falta de veinte vueltas para el final. Salió justo por delante de Rosberg, aún cuando ambos Mercedes debían efectuar una parada más. Cuando Hamilton finalmente hizo su detención, su distancia con el líder eran 12 segundos. Quedaban diez vueltas por delante pero la diferencia entre ambos no se redujo todo lo que debiera.

Vettel firmó una gran victoria que recompensa el trabajo realizado por la Scuderia esta temporada. Hamilton y Rosberg completaron el podio, conscientes de que este año las cosas no serán tan fáciles para ellos. Cuarto fue Kimi Räikkönen, quien supo rehacerse después de un pinchazo y tres pasos por boxes. Bottas y Massa se disputaron la quinta plaza hasta la última vuelta, en favor del finlandés.  Los Toro Rosso de Verstappen y Sainz, séptimo y octavo, terminaron por delante de los Red Bull de Kvyat y Ricciardo. Button y Maldonado abandonaron poco antes de concluir la prueba.




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