sábado, 14 de junio de 2014

Músicas bizarras VI

Cómo cambia no el mundo, como se suele decir, sino la sociedad. La especie humana se ha adentrado una espiral de modernización que se intensifica a cada paso. La escritura más o menos organizada data de hace 5500 años; la imprenta moderna apareció hace 550; las maquinas de escribir de uso personal, hace 300 años; las computadoras son cosa de décadas. A este paso, en Navidad se patenta un artefacto para escribir los pensamientos, y en febrero los coches funcionarán a base de orina.

No es sólo una cuestión de aplicar la tecnología a los diversos aperos que acumulan polvo en nuestros garajes. La mentalidad también se va moldeando, y hoy encontramos del todo inconcebibles mentalidades de antaño. Como diría el mariscal Hindenburg, para muestra un botón. Atentos a este tema de Paloma San Basilio:



En apariencia se trata de una canción inocente de corte festivo. Un jolgorio melodioso que encierra funestos mensajes subliminales en su letra. Por un lado, sembrar el caos entre los conductores: "andar a saltos entre el tráfico", "cruzar en rojo los semáforos", "dos locos sueltos en plena calle".

La conducta antisocial se extiende al pobre vecindario con ese "cantar hasta quedarnos afónicos", y amenaza a estafar al servicio de transporte público con "colarnos juntos en el autobús". Sabíamos que las palomas son uno de los más acérrimos enemigos del hombre, pero ignorábamos hasta qué punto. El símbolo de la paz es tan taimado como una clandestina célula anarquista a la espera de la orden para acometer el más vil de los atentados terroristas.

"Si tú eres así, qué suerte que ahora estés junto a mí". Santo Sepulcro...

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