viernes, 7 de agosto de 2009

"Nunca digas nunca"

''Nunca digas nunca'', suele decir una elevada proporción de la gente con que topamos día a día. Ahora bien, ¿realmente sabemos quién diantre se inventó semejante afirmación-prohibición? Pocos conocerán la respuesta a este interrogante, y tan sólo algún erudito avezado en el campo de la aeronáutica se atreverá a murmurar ''Esa frase fue de Jerónimo, el primo de Anónimo''. ¡Necio!


Sea cual fuere el nombre del bribón que pronunció este aberrante enunciado, lo que sí es seguro es que dicho sujeto era un rematado estólido sin remedio. Al pronunciar su célebre oración, su autor puso de manifiesto su mediocridad y su evidente pobreza de estabilidad mental, puesto que se contradijo en una misma frase. ¡Qué genio!

¿A quién se le ocurre prohibir la pronunciación de un vocablo que se dice a continuación? Pues al maestro del horóscopo que se inventó la celebérrima afirmación-prohibición ''Nunca digas nunca''.

Habrá pasado mucho tiempo desde que se pronunció por vez primera este enunciado, y a pesar de su evidente falta de sentido, se continúa utilizando sin cesar. Una prueba más de la decadencia que nos rodea.

Finalizo esta reflexión o pensamiento citando al gran maestro del siglo III y medio, el ilustre Federico Nietzsche, ``Bigotitos´´ para los amigos:



''En algún apartado rincón del universo centelleante, desparramado en innumerables sistemas solares, hubo una vez un astro en el que animales inteligentes inventaron el conocimiento. Fue el minuto más altanero y falaz de la ``Historia Universal´´: pero, a fin de cuentas, sólo un minuto. Tras breves respiraciones de la naturaleza, el astro se heló y los animales inteligentes hubieron de perecer. Alguien podría inventar una fábula semejante pero, con todo, no habría ilustrado suficientemente cuán lastimoso, cuán sombrío y caduco, cuán estéril y arbitrario es el estado en el que se presenta el intelecto humano dentro de la naturaleza''.

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